miércoles, 12 de febrero de 2020

Franco y la Censura

¿Fue la Censura lo Peor del Régimen de Franco?

La censura existió en el Estado Nacional como existía en todas las “democracias” de su época. Sin embargo siempre se presenta como mucho más severa probablemente por estar dirigida contra el liberalismo político al ser éste medio-enemigo político y medio-aliado, durante la guerra fría, del Estado Nacional.
Para entender las motivaciones de la continuidad de la censura durante el Estado Nacional es completamente necesario analizar la censura durante la II República Española.
La discriminación de la mujer:
La mujer durante el franquismo desempeñó el mismo y tradicional papel familiar que en la mayoría de los países de su época, especialmente los mediterráneos como Francia, Italia, Grecia… incorporándose progresivamente a las titulaciones universitarias y a los puestos de trabajo considerados “para hombres”.
“La sección femenina alcanzaría un número similar de afiliadas que el de varones en Falange, en torno a 650.000. Desempeñaba un importante papel asistencial y educativo, difundiendo normas de higiene y puericultura (razón del rápido descenso de la mortalidad infantil en los años cuarenta) y diversos oficios, por medio del Servicio Social, teóricamente obligatorio”.
Pío MoaAños de hierro
“El número y proporción de chicas en la enseñanza creció más rápidamente que la de chicos. En los años cuarenta la enseñanza primaria integraba a más niñas que niños, debido probablemente a que los últimos eran puestos a trabajar antes, problema que no se evitó hasta que pudo aplicarse la prohibición de trabajar antes de los catorce años. Además el número de alumnos por maestro bajó de setenta y cuatro en 1933, último año del gobierno republicano-socialista, a cuarenta y siete en 1941, a cuarenta en 1951, y a treinta el último año del régimen”.
Pío Moa: Extractos de  Franco para antifranquistas
“El número de alumnas de enseñanza media aumentó de 34.000 en 1934 a 57.000 en 1941 (el peor año del franquismo), a 75.000 en 1950 (el doble que en la II República), y a 568.000 en 1973. La proporción con respecto a los varones también aumentó desde poco más de un cuarto del total en la República a más de un tercio en 1941, y al 44% en 1973. La progresión femenina en la universidad siguió un ritmo parecido”
Pío Moa: Extractos de  Franco para antifranquistas
“Bajo el franquismo los matrimonios podían separarse pero el divorcio estaba vedado a los católicos salvo que apostatasen de la fe (pocos lo hicieron)”
Pío Moa: Extractos de Franco para antifranquistas.
Sin embargo es rigurosamente cierto que la progresión de las mujeres en la conducción fue obstaculizada por taxistas y tipos que les decían “Mujer tenías que ser” o “Mujer al volante es peligro constante”.

La discriminación de las lenguas vasca, gallega y catalana:

“El franquismo desarrolló la vida oficial y la enseñanza pública exclusivamente en español. Pero bien pronto autorizó la predicación religiosa en catalán y en vascuence, luego la publicación de libros en idiomas vernáculos, y desde 1945 el funcionamiento de las academias de las lenguas vasca y gallega. Entre 1956 y 1959 se reunió la Academia Vasca para unificar el vascuence, largo proceso culminado en 1968 con el euskera-batua, que muchos puristas desdeñaron como un falso vascuence.”
En 1957 nació la primera ikastola, y más de 130 desde 1965.
Durante los últimos veinte años del franquismo, el gallego y el vascuence fueron más cultivados literariamente que nunca antes y se establecieron premios a obras en esos idiomas”.
Pío Moa: Extractos de Franco para antifranquistas
“Ya en 1944 se hizo obligatorio por ley que las universidades con Filología románica incluyeran la asignatura de Filología catalana y en 1951 y 1952 se publicaron dos gramáticas históricas por autores catalanes. El poeta Salvador Espríu empieza a publicar en catalán en 1946”.
Pío Moa: Extractos de Franco para antifranquistas
Hubo, pues, cierta persecución, muy poco sistemática, de las lenguas regionales en los primeros años del régimen, debido a su utilización con fines separatistas; y después, no sólo tolerancia sino estímulo a ellos, aunque se mantuvieran apartados de la oficialidad administrativa. Los actuales nacionalistas han exagerado sin tasa sucesos de la posguerra civil hasta caer en el esperpento.
En la edición del 30 de marzo de 1969 (en pleno franquismo) del diario barcelonés La Vanguardia, encontramos la noticia sobre una sentencia del Tribunal Supremo por la que se condenaba al periodista Nestor Luján, director del semanario Destino, a una pena de ocho meses de prisión y 10.000 pesetas de multa por haber publicado en la sección Cartas al director de su número 1.577, correspondiente al 28 de octubre de 1967, la misiva de un lector titulada «El catalán se acaba». La sentencia del Supremo, que confirmaba en apelación una anterior del Tribunal de Orden Público, consideró probado que en dicha carta «se vertían conceptos de tipo ofensivo para la lengua catalana, cuyo libre uso particular y social se respeta y garantiza».
Sin salir de la hemeroteca de ese periódico, en la página 7 de su edición del 9 de junio del 19 de junio de 1952, puede observarse el anuncio de una editorial, Biblioteca Selecta, que oferta una colección de libros en catalán (El vent de garbí, de Josep Pla, Coses vistes, Bodegó amb peixos, L’illa dels castanyers, Pa i raIm, Un senyor de Barcelona,y El carrer estret, éste último Premio Joanot Martorell del año anterior).
El 24 de junio de 1960, La Vanguardia comunicaba la convocatoria del premio Sant Jordi de novela, a cuyo importe de 150.000 pesetas podían optar todas aquellas obras «inéditas y originales, escritas en lengua catalana, de una extensión no inferior a 250 hojas holandesas (21×27), mecanografiadas a doble interlínea y escritas por una sola cara, con un margen de 3 centímetros».
Y es que, durante el anterior régimen, la producción literaria en catalán no sólo no estuvo perseguida, sino que fue fecunda. La siguiente es una relación de galardones concedidos a escritores en dicha lengua:
Premio de Honor de las Letras Catalanas:

◦ 1969 Jordi Rubió i Balaguer (historiógrafo y bibliólogo).
◦ 1970 Joan Oliver (Pere Quart, escritor).
◦ 1971 Francesc de Borja Moll i Casasnovas (filólogo y editor).
◦ 1972 Salvador Espriu i Castelló (escritor).
◦ 1973 Josep Vicenç Foix (escritor).
◦ 1974 Manuel Sanchis i Guarner (filólogo e historiador).
◦ 1975 Joan Fuster i Ortells (escritor).

Premio Joaquim Ruyra de narrativa juvenil:
◦ 1963 Josep Vallverdú, por L’abisme de Pyramos.
◦ 1964 Carles Macià, por Un paracaigudista sobre la Vall Ferrera.
◦ 1965 Desierto.
◦ 1966 Robert Saladrigas, por Entre juliol i setembre.
◦ 1967 Emili Teixidor, por Les rates malaltes.

Premio Josep Pla:
◦ 1968 Terenci Moix, por Onades sobre una roca deserta.
◦ 1969 Baltasar Porcel, por Difunts sota els ametllers en flor.
◦ 1970 Teresa Pàmies, por El testament de Praga.
◦ 1971 Gabriel Janer, por Els alicorns.
◦ 1972 Alexandre Cirici, por El temps barrat.
◦ 1973 Llorenç Villalonga, por Andrea Victrix.
◦ 1974 Marià Manent, por El vel de Maia.
◦ 1975 Enric Jardí, por Historia del cercle artistic de Sant Lluc.
Premio Prudenci Bertrana:
◦ 1968 Manuel de Pedrolo, por Estat d’excepció.
◦ 1969 Avel∙lí Artís-Gener, por Prohibida l’evasió.
◦ 1970 Vicenç Riera Llorca, por Amb permís de l’enterramorts.
◦ 1971 Terenci Moix, por Siro o la increada consciència de la raça.
◦ 1972 Oriol Pi de Cabanyes, por Oferiu flors als rebels que fracassaren.
◦ 1973 Biel Mesquida, por L’adolescent de sal.
◦ 1974 Desierto.
◦ 1975 Baltasar Porcel, por Cavalls cap a la fosca.
Premio Lletra d’Or:
◦ 1956 Salvador Espriu, por Final del laberint.
◦ 1957 Josep Pla, por Barcelona.
◦ 1958 Josep Carner, por Absència.
◦ 1959 Ramon d’Abadal, por Els primers comtes catalans.
◦ 1960 Clementina Arderiu, por És a dir.
◦ 1961 Josep Vicenç Foix, por Onze Nadals i un Cap d’Any.
◦ 1962 Joan Oliver (Pere Quart), por Vacances pagades.
◦ 1963 Joan Fuster, por Nosaltres els valencians.
◦ 1964 Josep Benet, por Maragall i la Setmana Tràgica.
◦ 1965 Jordi Rubió, por La cultura catalana, del Renaixement a la Decadència.
◦ 1966 Manuel de Pedrolo, por Cendra per Martina.
◦ 1967 Gabriel Ferrater, por Teoria dels cossos.
◦ 1968 Marià Manent, por Com un núvol lleuger.
◦ 1969 Xavier Rubert de Ventós, por Teoria de la sensibilitat.
◦ 1970 Joan Teixidor, por Quan tot es trenca.
◦ 1971 Alexandre Cirici, por L’art català contemporani.
◦ 1972 Joan Coromines, por Lleures i converses d’un filòleg.
◦ 1973 Maurici Serrahima, por Del passat quan era present.
◦ 1974 Joan Vinyoli, por I encara les paraules.
◦ 1975 Vicent Andrés Estellés, por Les pedres de l’àmfora.
Premio Mercè Rodoreda de cuentos y narraciones
◦ 1953 Jordi Sarsanedas, por Mites.
◦ 1954 Pere Calders, por Cròniques de la veritat oculta.
◦ 1955 Lluís Ferran de Pol, por La ciutat i el tròpic.
◦ 1956 Manuel de Pedrolo, por Crèdits humans.
◦ 1957 Mercè Rodoreda, por Vint-i-dos contes.
◦ 1958 Josep Maria Espinàs, por Varietés.
◦ 1959 Josep A. Boixaderas, por Perquè no.
◦ 1960 Ramon Folch i Camarasa, por Sala d’espera.
◦ 1961 Estanislau Torres, por La Xera.
◦ 1962 Jordi Maluquer, por Pol∙len.
◦ 1963 Carles Macià, por La nostra terra de cada dia.
◦ 1964 Joaquim Carbó, por Solucions provisionals.
◦ 1965 Víctor Mora, por El cafè dels homes tristos.
◦ 1966 Guillem Viladot, por La gent i el vent.
◦ 1967 Terenci Moix, por La torre dels vicis capitals.
◦ 1968 Jaume Vidal Alcover, por Les quatre llunes.
◦ 1969 Robert Saladrigas, por Boires.
◦ 1970 Montserrat Roig, por Molta roba i poc sabó.
◦ 1971 Gabriel Janer Manila, por El cementiri de les roses.
◦ 1972 Josep Albanell, por Les parets de l’insomni.
◦ 1973 Jaume Cabré, por Atrafegada calor.
◦ 1974 Beatriu Civera, por Vides alienes.
◦ 1975 Xavier Romeu, por La mort en punt.

La Censura en el Cine.

Siempre ha existido, y continúa existiendo, en todos los países denominados “democráticos”.
La relación Censura = Franquismo = Censura es una falacia más de la propaganda oficial de la transición.
La censura en EEUU, en aquella época, analizaba las películas escena por escena y hoy en día las clasifica en G (Todos los públicos), PG (Consentimiento paterno), R (Restringidas a menores), S y X con consecuencias económicas para la productora.
No trataré aquí la cuestión de si la censura es perjudicial o necesaria a ciertos niveles, pero en lo que se refiere al cine español  hay que resaltar que muchas de las películas son tan malas que mejorarían notablemente siendo más cortas para alivio de sus sufridos espectadores.

La Censura en la prensa, radio y otros medios.

 Existió, al igual que durante la República, si bien se llevaba a cabo de diferente manera.
Según el falangista Pedro Laín Entralgo:
“La tesis de la censura a palo seco, tan cómoda para las mentes simplificadoras y perezosas, es insostenible y contraproducente en nuestro siglo”.
Las tesis de Laín casi fueron asimiladas por el propio Franco.
El caso es que el Régimen fué víctima de su propia censura al no publicitarse ni dar a conocer al pueblo español y a la juventud los suceso de la II República. Para el “franquismo” la etapa republicana era una verguenza que había que olvidar y superar.  Craso error…

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