viernes, 30 de junio de 2023

El atentado aéreo de la República para silenciar Paracuellos

 

Imagen del avión Potez-54 tras su aterrizaje de emergenciaLibro 'Morir en Madrid'


Por Luis E. Togores

El bando rebelde, los nacionales, lograron una victoria incuestionable en el campo de batalla pero perdieron y siguen perdiendo la guerra de la propaganda. La izquierda, dueña de la casi totalidad de los medios de comunicación, sobre su falsa supremacía moral, lleva año tras año contando solo su verdad, su memoria histórica que, como todo el mundo sabe, no es la verdad sino la visión parcial, interesada y subjetiva de un individuo basada en lo que quiere o puede recordar –las historias del abuelo– sin que esto suponga menosprecio de su valor para acercarnos a conocer nuestro pasado.

Entre las falsedades que más tiempo ha resistido a la verdad histórica es la que atañe al asesinato organizado y selectivo en Paracuellos del Jarama de más de 4.500 españoles –presos en las cárceles madrileña controladas por el Frente Popular desde antes de comenzar la guerra– en el invierno de 1936.
En la actualidad, ningún historiador se atreve a negar esta trágica realidad ni la culpabilidad directa que tuvieron en estos asesinatos los comunistas Santiago Carrillo y el líder anarquista Amor Nuño, ambos miembros destacados de la Junta de Defensa de Madrid, así como nadie niega la responsabilidad del general Miaja, conocedor de lo que estaba ocurriendo como autoridad máxima en la ciudad y que no hizo absolutamente nada para evitarlos.
Pero muy pocos saben que la República cometió un brutal atentado para evitar que esta masacre trascendiese al otro lado de los Pirineos. Dos diplomáticos extranjeros acreditados en Madrid, el doctor Edgardo Pérez Quesada, encargado de negocios de la Embajada argentina, y Felix Schlayer Gratwohl, cónsul y encargado de negocios de la legación noruega, descubrieron y denunciaron antes la autoridades republicanas, sin éxito, para finalmente hacerlo ante la Cruz Roja Internacional. Ha escrito Ian Gibson que «las actividades de Schlayer, Henny y Pérez Quesada molestaban profundamente a las autoridades republicanas, que ahora se veían en la necesidad de mentir ante el mundo acerca de posibles malos tratos (en realidad asesinatos en masa) sufridos por los presos políticos de Madrid».
El delegado de la Cruz Roja en Madrid, el médico suizo Georges Henny tomó cartas en el asunto sin lograr parar las matanzas, por lo que procedió a realizar un exhaustivo informe para la jefatura de la Cruz Roja en Ginebra, que es tanto como decir para la Sociedad de Naciones.
El Gobierno de la República, que había entrado en pánico ante la posibilidad de la entrada de los nacionales en Madrid, había huido a Valencia donde comenzó a tener conciencia de la transcendencia exterior que podía tener lo que estaba ocurriendo en su retaguardia y de que el conocimiento de estas matanzas les podía hacer perder el apoyo internacional que tenía la causa del Frente Popular español en su lucha contra «el fascismo».
El suizo Georges Henny decidió llevar personalmente su informe sobre Paracuellos y lo que ocurría en Madrid a Ginebra. Para ello tomó un avión de la embajada francesa en Barajas camino de Francia. En el avión, un Potez 54, viajaban también dos periodistas franceses: Louis Delaprée, corresponsal del diario Paris-Soir, y André Château, de la Agencia Havas, y dos niñas españolas, María Carlota y María Dolores Cabello, que eran trasladadas a Francia por la Cruz Roja. La tripulación del avión estaba formada por el piloto Charles Boyer y el radiotelegrafista Bougrat.
Cuando el avión francés sobrevolaba la comarca de Pastrana fue derribado por dos cazas Polikarpov republicanostripulados por los pilotos soviéticos Gheorghij Zajarov y Nicolai Shmelkov. La prensa roja, dentro y fuera de España, no perdió tiempo para denunciar a los aviones de la Legión Cóndor como culpables del derribo del avión civil francés imposible de confundir con un aparato español de combate. El doctor Henny y el corresponsal Château fueron alcanzados en las piernas, mientras que el corresponsal de Paris-Soir Delaprée quedó herido de gravedad y murió tres días después, el 11 de diciembre de 1936.

Las bolsas de lona

En la actualidad no cabe ninguna duda sobre los dos aviones que derribaron al avión francés. Andrés García Lacalle, jefe de la aviación de caza republicana, en su libro Mitos y verdades nos da los nombres de los dos pilotos soviéticos, dato comprobado por el historiador francés Jean Liron que ha confirmado las identidades de los pilotos.
Para el cónsul noruego Schlayer el ataque se produjo para eliminar al doctor Henny, quien «disponía de material acusatorio de peso, sobre todo, en lo relativo a los asesinatos de detenidos que se habían producido en el mes de noviembre», para que sus informes no llegasen a Ginebra.
Francisco Cortijo Ayuso era en 1936 médico en Pastrana por lo que acudió a socorrer a los heridos del avión diplomático francés: «(...) el aparato capotado al tomar tierra, estaba panza arriba, con las ruedas al aire (...) unos treinta impactos de bala en dos filas, que agujereaban la cabina a ambos lados de la parte central (…). Los heridos de bala eran tres hombres jóvenes; cerca, dos niñas mayores, en la primera pubertad, con lesiones pequeñas, mientras los pilotos, absolutamente ilesos, atendían y animaban a todos, después de sacarlos del avión y ponerlos en las mejores condiciones posibles. (...) Habían hecho fuego recogiendo alguna leña, aumentando la fogata con un maletín de cuerodel que aún quedaba sin quemar algún trozo y restos de cartulinas de fotografías, diciéndonos que lo habían quemado por el frío ambiental y porque su contenido no tenía importancia, lo que no convenció a nadie, aunque de momento no hubo más comentarios (…). Al lado de un herido, junto a su mano, se veían dos bolsas de lona fuerte, bien atadas con cordón y candado, como dos sacos de películas aunque más pequeños que, en realidad, eran dos valijas diplomáticas (…) Al poco tiempo, ya casi de noche, se organizó un buen jaleo en Pastrana pues empezaron a llegar coches de Guadalajara y Madrid, trayendo personajes, responsables y tipos de todas clases y cataduras que, con más o menos ínfulas, mandaban, inquirían o pedían noticias a unos y otros tratando de enterarse de lo ocurrido sin faltar detalle, y entre ellos venían algunos que buscaban algo más, algo muy importante y eran los dos sacos de lona que el médico herido [el doctor Henny], al fin, confiado, me entregó y yo escondí de momento, para más tarde, cuando tuve seguridad de a quién debía entregarlo, dárselo al Secretario de la Embajada francesa, dejando defraudados a todos los demás que los deseaban (…)».
Uno de los primeros en llegar a Pastrana fue Mijail Koltsov, teórico corresponsal de Pravda y en la práctica un agente soviético, hombre de Stalin en España e impulsor de las matanzas de Paracuellos.
La información que portaba Henny era un montón de fotografías tomadas en las calles y en las afueras de Madrid de las víctimas de los paseos y asesinatos de civiles, algunos casi niños, y de militares. Su informe, de haber transcendido, habría influido de manera muy decisiva en la opinión pública internacional en favor de la causa nacional.
En Francia, desde poco antes de comenzar la guerra de España, gobernaba el Frente Popular liderado por el socialista León Blum, que solicitó explicaciones a Largo Caballero sobre el ataque a su avión, pero dispuesto a dar por buena cualquier información que le llegase de Madrid ya que era plenamente consciente de lo que estaba en juego. En una nota difundida por la Agencia Fabra el 5 de enero de 1937, el ministro Álvarez del Vayo insistía en la autoría rebelde del ataque: «En una carta oficialmente dirigida por Álvarez del Vayo al encargado de Negocios francés en Valencia, el ministro de Estado español afirma de una manera rotunda que el Gobierno legal tiene pruebas incontestables de que el avión en el que viajaba el periodista Delaprée fue agredido por un aparato rebelde y no por un avión gubernamental, como han pretendido hacer creer ciertas informaciones de la Prensa derechista francesa.
El mismo día en que se produjo el incidente –señalaba la carta de Álvarez del Vayo– y unas horas después del mismo, el aeródromo de Alcalá de Henares era atacado por los aviones rebeldes, aviones de bombardeo y de caza, entre los que indudablemente se hallaba el agresor del avión de la Embajada francesa. Una hora antes, los aviones rebeldes efectuaron un vuelo de reconocimiento en los alrededores de Pastrana».
El Gobierno español termina aconsejando al Gobierno francés que ayude a hacer una encuesta para desmentir las fantásticas informaciones publicadas por el diario fascista L'Echo de París, según el cual los gubernamentales quisieron derribar el avión de la Embajada francesa ya que en el mismo viajaba Hery (Henny), delegado de la Cruz Roja Internacional en Madrid».
Francia protestó con la boca chica y el gobierno de Valencia siguió echando la culpa a la aviación de Franco, llegando a asegurar que el doctor Hery (Henny) fue asesinado poco después por un grupo de legionarios.
Henny llegó a Ginebra coincidiendo con la llegada del ministro socialista Julio Álvarez del Vayo a la Sociedad de Naciones, donde este pronunció el 11 de diciembre un vehemente discurso contra la intervención extranjera a favor de los sublevados en España. Resulta evidente que si en aquel momento hubiese transcendido el informe de la Cruz Roja sobre las matanzas de Madrid la imagen de la República habría quedado seriamente dañada. El Frente Popular siempre ha gestionado mejor que los rebeldes la guerra de la comunicación.

jueves, 8 de junio de 2023

El mito del Euskera perseguido por Franco

 Lamentablemente, cuando hoy alguien busca información sobre un tema acude de forma inmediata a la red. Un lugar donde cabe cualquier cosa y que es utilizado, en ocasiones, como fuente de difusión de la nueva verdad. Parece que nos hemos dicho: ¡Qué más dan los documentos o las investigaciones cuando lo que informa e instruye son los contenidos de la red! Situación que se agudiza entre quienes solo buscan referencias en youtubers, influencers y vídeos de Tik-Tok, junto con la plaga de los creadores de contenidos contratados ad hoc.

Hoy es casi dogma, y a ello contribuyen no pocas páginas de la red, mantener que el vasco/vascuence/euskera fue perseguido e incluso prohibido en el régimen de Franco; hay quienes van más allá y fabulan con un programa consciente de destrucción.

Ante ello, ante el mito, de poco valen los sucesivos estudios que desmienten o matizan en mucho afirmaciones como las anteriores, cuando en internet se mantiene la corriente contraria. Naturalmente han existido voces autorizadas que sostienen lo contrario así, por citar un ejemplo de fácil acceso, el filósofo Pedro Insua reputa como mentira la persecución de las lenguas regionales («La mentira del franquismo y las lenguas», El Mundo, 13-12-2017). En este mito ahistórico ha pesado la construcción ideológica nacionalista que hizo y hace del victimismo bandera permitiéndole reclamar ante viejos agravios, reales o manipulados, y legitimar políticas tales como los procesos de inmersión. Volvamos al caso del euskera como ejemplo de cuanto antecede.

La celebre Wikipedia (cuyos contenidos dependen de quién los cuelgue y su admisión) cuando se pregunta por la «censura al Euskera» durante el régimen de Franco, nos ilustra con un curioso vacío temporal que nos lleva a saltar desde las prohibiciones parciales durante la guerra civil hasta la Transición, como sí esa situación de excepción hubiera sido permanente. En la misma línea, que ha hecho fortuna, tenemos la información que se puede encontrar en la Fundación Sabino Arana… y así… Y ¿qué nos dicen?

Cuando buscan como demostrar su aserto sobre la persecución recurren a remontarse a la guerra civil, para después construir un artificial relato. Es usual, casi un mantra, mencionar la «persecución» iniciada en 1937, con la intención de trasladar que era una orden del gobierno nacional, que se aplicó en todas las provincias vascas y que, dada la ausencia de datos posteriores, se mantendría durante todo el régimen de Franco. El problema es que la afamada prohibición fue dada por la comandancia militar de San Sebastián en mayo de 1937 (la prohibición realizada por las autoridades fascistas según cuenta mugakultura.eus) y no es un decreto firmado por Francisco Franco. Después se citan algunas órdenes arbitrarias, como la que indicaba en 1938 que Iñaki o Koldo eran nombres «conta la unidad de la Patria». O que en 1938 la Comandancia militar de Durango indicara que en las Iglesias «no debe permitirse la predicación en vascuence», aunque existía la prevención de que si se estimaba que la mayoría de los feligreses no entendían el español se diera un resumen de la plática en vascuence (entonces la misa era en latín). La siguiente referencia es la estúpida orden del Gobierno Civil de noviembre de 1948, otros lo achacan a la autoridad municipal, para la retirada de las inscripciones en euskera en el cementerio de Guernica. Todo ello se adereza recordando que la represión fue real porque no se utilizaba el euskera en los ámbitos oficiales o en las escuelas (lo que como veremos no era una novedad). Poco más.

Esas son las referencias que se repiten para después caer en el silencio de lo que sucedió en las siguientes cuatro décadas. La pregunta es: ¿cuál fue la política del régimen con respecto a la lengua y cultura expresada en vasco? ¿Existió o solo fue represión? Más allá de la evidente continuidad del proceso de castellanización/fusión en lo común que se remontaría en la modernidad al siglo XVIII, en el otro plato de la balanza habría que incluir o mencionar cómo fue desarrollándose la política cultural/idiomática con respecto a lo vasco. Pero ello se obvia, se oculta, se difumina, se autocensura porque destruye, documentalmente, la tesis de la persecución y la erradicación.

Hagamos un resumen rápido, incompletísimo, que nos sirva para tener algunas pinceladas del puerto a que queremos arribar. Recordemos: desde 1941 es posible encontrar publicaciones editadas en euskera; la Euzkaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca,) reinició en 1941 su  actividad (congresos, ediciones y una revista en vasco, Eusquera, además de premios en certámenes literarios) con el mismo director de antes de la guerra, Resurrección María de Azkue; la Sección Femenina realizó una ingente tarea de recuperación de tradiciones, folklore y narraciones en vasco; en 1952 se funda la editorial Kuliska Sarta; en 1961 la editorial Ausopa; en 1965 se fundan las primeras ikastolas (antes de Franco no creo que existieran) amparadas por la Iglesia, y en 1969 se crea la Federación Diocesana de Ikastolas; la denominada Feria del libro y disco Vasco arrancó sus ediciones en 1965; desde al menos 1966 encontramos academias para aprender vasco; en 1970 existían al menos 10 revistas periódicas publicadas en vascuence… Todo ello necesitaba la pertinente autorización gubernativo o, como hoy dirían, el permiso de Francisco Franco que para eso era un omnímodo dictador. Todo ello, y es solo un débil reflejo, casa mal con algunos relatos aplicando el sentido común.

Cabría argüir, a la contra, que la respuesta que doy no dista mucho de lo que denuncio, que son meras referencias puntuales. ¿Es posible? Dudo que alguien haga un estudio profundo y serio de esta realidad recorriendo todo el régimen de Franco y no quedándose en los años de la guerra y los cuarenta. Sin embargo, revisando los archivos de la Fundación Nacional Francisco Franco, hemos encontrado un interesante documento. Se trata de un resumen remitido/elaborado por la Dirección General de Prensa fechado en 1973. Aborda, sin agotar la realidad, cuál es la situación de las actividades culturales en vascuence en las tres provincias vascas. Lo que nos sitúa frente a una realidad distinta al relato difundido para esos años por parte del nacionalismo o de ETA, que pone, con datos, en tela de juicio la tesis de la represión, marginación o persecución del euskera.

De la lectura del informe se extrae que existía una diferencia en el peso de las actividades culturales en euskera entre las provincias de Vizcaya y Gipúzcoa por un lado y Álava por otro. Otra de las conclusiones es que existía un amplio tejido cultural vasco permitido, autorizado y hasta subvencionado por el estado. También que, documentalmente, desde los años sesenta existía una política encaminada a la difusión y aprendizaje del euskera. El informe, de forma sintética, recoge lo que se realiza en medios de prensa, radio, festivales, publicaciones y enseñanza. Su principal defecto es metodológico pues parece que al recibir los de las respectivas provincias no existe unidad en el guion previo, si es que existió, para su realización en las tres provincias.

Comencemos por la provincia de Vizcaya:

-Radio: Radio Popular, tiene un programa diario de 2 horas en vascuence; Radio Juventud incluye la emisión de discos de artistas vascos en vascuence; en Radio Bilbao, no hay discriminación alguna en la música que se emite; Radio Nacional de España, «en sus programas retransmite música vasca, interpretada en vascuence por artistas del país, sin discriminación alguna. Retransmite los conciertos de los grupos corales en sus galas los domingos por la mañana en el Teatro Buenos Aires, prácticamente en su integridad en vascuence. Radio Nacional de España ha seleccionado para representar a España en el concurso de la U.E.R. (Unión Europea de Radio), a celebrar en abril, seguramente en París, el coro Bictz-Alci, con repertorio en vascuence».

-Prensa: La Gaceta del Norte, incluye una página en que se tratan temas vascos «con originales en vascuence», aunque indica el autor del documento que existen problemas con las normas ortográficas que le llevan a dejar de hacerlo; Hierro, que es un diario del Movimiento, incluye lecciones para aprender euskera.

Es en las revistas donde encontramos una mayor proliferación de títulos en vasco: la revista semanal Agur se edita íntegramente en euskera, al igual que la quincenal Anitasuna; en bilingüe aparecen las cabeceras KarmelConcordia, Danok-bat y Txistulari.

-Actividades culturales: una treintena de grupos corales con repertorio mayoriatiro o exclusivo en vascuence entre los que destaca Bictz-Alai, Danok-Bat, Ametsa, San Juan Bautista, Deustocarrat, Orfeón de Sestao; Festivales y fiestas vascas con grupos de danza, música o teatro en euskera que suponen un total de 219.

Ferias del libro y disco vasco como la VII celebrada en Durango, la II en Bilbao, celebración del día del libro vasco (4 de mayo, que me parece ya no se hace).

Revisemos ahora lo realizado recogido por el informe con respecto a Guipúzoca:

-Radio: Radio Popular de San Sebastían emite diariamente unos 150 minutos en lengua vasca, además de los anuncios bilingües y música; lo mismo hace Radio Popular de Loyola; la emisora del Movimiento La voz de Guipúzcoa emite tres veces por semana un programa de 15 mintuos en vasco y otro bilingúe, además de reproducir música en vasco; Radio San Sebastián, de la cadena SER emite tres días a la semana un programa de 5 minutos comentando discos y en la misma temporalidad un comentario local.

-Prensa: es de destacar que es el diario del Movimiento (FET de las JONS), La Voz de España. que, además de incluir el método para aprender euskera, tiene dos columnas diarias en vasco firmadas por Besarri (Ignacio Eizmondi, escritor y bersolari).

Como publicaciones periódicas en vasco editadas en la provincia se citan:  la revista semanal Zerusko Argia, el quincenal Goiz Argi, y el trimestral Eran.

-Actividades culturales: 225 festivales músico vocales; 100 festivales de bersolaris, 45 reperesentaciones teatrasle y 28 conferencias. En este caso sí se incluye la edición de 45 libros en vasco y un centenar de folletos.

A diferencia de Vizcaya, en esta parte del documento si se hace referencia a las ikastolas con reconocimiento oficial: «en Guipúzcoa es de 50 con un total de 182 unidades escolares y 11.056 alumnos. Aparte de estos centros en los colegios privados y en muchos estatales, se imparten clases en euskera»

Relativamente homogéneo con los anteriores es el resumen sobre las actividades en vascuence en la provincia de Alava.

-Prensa: no hay publicaciones periódicas en euskera. Ahora bien, el periódico local incluye las lecciones de «Euskera según los textos de Oñatibia». Por otor lado, la revista Angosto incluye un artículo en euskera. Algunas publicaciones como Goi-Argi, hoja parroquial de Oñate, y Eibar (parroquía de Armera) incluyen textos en vasco.

-Radio: la emisora E.A.J. 62, Radio Vitoria, emite diariamente el programa Aquí Vasconia con un 60% en vasco.

-Actividades cultuales: «se han celebrado los que suelen llamarse euskaljaia siguientes: en Vitoria: 14 actuaciones de gurpos o intérpretes musicales, condos con textos cantados en vasco». 1 representación teatral y el festival Mairuelegorrieta patrocinado por la Diputación Foral.

La editorial Rial Eset, publicó en el año 5 títulos en vasco dentro de las colecciones Kardaberat Bilduma y Kardaberat Liburuzkak; otros cuatro títulos editados por Gráficas Eset.

Señala el autor del documento que la Diputación Foral de Álava, por acuerdo del pleno, tiene establecido un «servicio de enseñanza del vascuence» incluyendo «el compromiso de la corporación de facilitar medios económicos y personales a las entidades que demanden su asistencia e incluso en el establecimiento de un sistema de enseñanza por correspondencia».

Incluye el informe una coda interesante: «ninguno de los medios de comunicación social de esta provincia ha sido objeto de “notoria restricciones”, en el uso de la lengua vasca. Y las ikastolas que funcionan se benefician incluso de sustanciosas aportaciones estatales al considerarse cooperativas».

Dejando a un lado la valoración de si es poco o mucho, no olvidando que no es un informe exhaustivo, que registra solo aquello autorizado gubernativamente, lo que resulta evidente es que difícilmente se puede hablar de marginación, de proscripción de la enseñanza del vasco, de un proceso de destrucción del euskera… Dejando al lector la pregunta: si todo eso se hacía ¿cómo iba a estar prohibido el euskera?

Fuente

El mito del Euskera perseguido por Franco, por Francisco Torres

  Lamentablemente, cuando hoy alguien busca información sobre un tema acude de forma inmediata a la red. Un lugar donde cabe cualquier cosa ...