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viernes, 23 de septiembre de 2022

A comerse más sapos. Por Ernesto Ladrón de Guevara

 

Que vivimos en una tiranía con ropajes de democracia ya no lo duda nadie que tenga un ancho de frente mínimo.

            Los nacionalistas y adjuntos están muy  preocupados por el bajo índice de uso social del euskera. Hubo hace unos meses un dato muy significativo que se expuso en diferentes medios para dar el reflejo del estado de la situación sociolingüística.  Salió a la luz que la gente que solicita ser atendido en las autoescuelas en vascuence (el término euskera es un neologismo nacionalista) no superaba el dos por ciento. Y eso pese a que los que normalmente se sacan el carnet de conducir son jóvenes que se incorporan a la actividad adulta, es decir los que han pasado por el régimen de euskaldunización obligada, y una cosa característica de esa incorporación es que se sacan dicha acreditación que les posibilita adquirir un vehículo y conducirlo.

Los nacionalistas y adjuntos de la izquierda entienden la libertad como el marco ideológico suyo dentro del cual se puede ejercerla. Si te sales de ese marco ya no tienes derechos.  Y uno de esos derechos es a hablar con los demás seres de tu entorno familiar y social en la lengua que te de la gana, simplemente porque somos personas nacidas con dignidad por ser humanos y entrar la libertad de pensamiento, de expresión y de relación con los demás en ese concepto de dignidad, sin ser sometidos a requisitos restrictivos absurdos. Porque absurdo es que te impongan una lengua que colisiona con eso que se llama en derecho el ejercicio consuetudinario, o de costumbre o de usos transmitidos de generación en generación, lo que hace que lo que prevalezca sea la utilización de un idioma, el español, y no de otro de laboratorio como es el batua, pergeñado como ingeniería del comportamiento y herramienta de modificación cognitiva. Es decir, como vehículo para convertir a la gente en nacionalistas por obligación, no por devoción. 

            Pero para los nacionalistas solamente existe su endogamia aplicada a los demás con un tacto tan poco sutil que todo aquel que no sea nacionalista lo ve como una intrusión insoportable en su vida privada y en su marco de decisiones particulares. Lo cual es un atropello con todas las letras del lexema.

El tema es que uno de los pocos reductos libres que ha habido hasta ahora era el de las autoescuelas. Y como paso por las Horcas caudinas, han improvisado un curso en la Academia de la Ertzaintza para capacitar a los futuros monitores de las autoescuelas y, oh sorpresa, esos formadores han de ser duchos en el uso de la lengua de Sabino Arana. No pueden impartir sus dominios cognitivos por la vía de la lengua del común de los vascos y de las vascas que es el castellano.

Y aquí esta explicado lo de las Horcas caudinas, pues la pretensión es que nadie pueda ser investido de  las funciones monitoras para enseñar a conducir al 98 % de los aprendices que no quieren ser aleccionados en la lengua de D. Sabino.   Pero, ¡oh sorpresa!, resulta que no hay formadores suficientes que tengan como lengua “propia” el vascuence, y se ha formado un cuello de botella que impide que entren en el mercado nuevos instructores de conducción.  El caso es “joder” al personal, y aplicar el deporte preferido de estos aprendices de brujo que es que si la sociedad no quiere taza darle tazón y medio. Es decir, que si hay fracaso escolar derivado de la inmersión lingüística, no importa, más inmersión que estos lo soportan todo. Que si no hay demanda de aprendizaje a la conducción en euskera porque la lengua materna de la absoluta, absoluta, mayoría de los hablantes es la lengua del conjunto de los españoles, da igual, se les pone una cincha alrededor de la cintura y se les lleva a cordel, como a los niños de párvulos y así suma y añade el IVA.

            ¿Serán los vascos y vascas no nacionalistas capaces de más tragaderas?  Seguro que sí. Por eso lo hacen.

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jueves, 30 de junio de 2022

Incompetencia intelectual de los políticos en todas las esferas del gobierno. Por Ernesto Ladrón de Guevara

 



Nada menos que el presidente del Instituto de Derecho Internacional, anglosajón y protestante, reconoce que Francisco de Vitoria inauguró, en la Historia del Derecho, el primer código de Derecho Internacional, y los Derechos Humanos recogidos en la Compilación de las leyes de Indias de Solórzano, con las normas de trato digno a los aborígenes de las Indias occidentales (América, Filipinas y resto de tierras civilizadas por los españoles.

                Mi nieto me pregunta entonces, cómo es posible que esa estatua esté de forma tan deteriorada y sucia y yo le respondo que eso hay que preguntarles a los representantes de las instituciones vascas, en concreto a las alavesas y más específicamente al Alcalde y demás concejales del Ayuntamiento de Vitoria, y que lo que voy a hacer, cosa que estoy haciendo en esta escritura, es preguntarle por esta vía al señor alcalde de esta noble y digna ciudad de Vitoria en cuya plaza del Machete se exhibe un objeto que da nombre a la plaza donde el procurador de la ciudad, precedente de lo que hoy llamamos alcalde, juraba cumplir las costumbres y defender los privilegios de la ciudad, y si no lo hacía que le cortaran la cabeza con tal machete.

Y en tal sentido, yo me pregunto qué es lo que atrae más la atención del munícipe, ¿el euskera batúa prácticamente inexistente en nuestro pasado de los dos últimos siglos? ¿llamar a muchos más emigrantes a que acudan a nuestra ciudad para que cambien la sociología urbana tradicional? ¿obstaculizar la vida y costumbres rutinarias de los ciudadanos en un clima de aumento exponencial de la delincuencia, según los informes del ministerio del Interior? ¿eliminar de la cultura antropológica cualquier resto de nuestro pasado?.... 

 

                Tenemos a otro grande, reconocido intelectual asesinado por los compañeros de batalla de los nacionalistas, los milicianos revolucionarios soviéticos de los años treinta que asesinaron,  sin juicio, a Ramiro de Maeztu, con nocturnidad y alevosía.

Ramiro de Maeztu, un grande al mismo nivel de Unamuno, Valle Inclán, Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, Pío Baroja, Ortega y Gasset y otros, fue asesinado por tener el coraje de decir lo que pensaba, ser libre y amar profundamente  un hecho sin precedentes en la Historia de la Humanidad, que fue la Hispanidad. Natural de mi ciudad, Vitoria, y eterno ignorado en la misma. Solamente tiene una calle y por casualidad. No se le hacen conmemoraciones, ni recuerdos, ni jornadas de exaltación de su pensamiento ni nada  de nada. Le quitaron el nombre a un Instituto que ahora llaman Ekialde, que evoca un lugar genérico topológico. Otro olvidado y abandonado.

                Y así sucesivamente. Por ejemplo, la calle donde vivo, en la misma ciudad. Se llamaba Calle Calvo Sotelo. Hoy calle Francia. Aún no sé por qué retiraron a Calvo Sotelo de la calle, prohombre cabeza y representante de la oposición cuando se dinamitó la convivencia en la Cortes Generales en la II República y una diputada, Dolores ibárruri (La Pasionaria), amenazó  diciendo al jefe de la oposición que tenía los días contados. Y así ocurrió. Le asesinaron vilmente. Todavía hay imbéciles que asocian a Calvo Sotelo con Franco, cuando ni tan siquiera le dieron la oportunidad de comprobar el levantamiento armado contra los revolucionarios que dinamitaron la República.

                Y así suma y sigue. ¿Para qué queremos políticos si éstos se dedican en cuerpo y alma a liquidar nuestros testigos del pasado?

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viernes, 13 de noviembre de 2020

Ernesto Ladrón de Guevara: “El declive de la Hispanidad comenzó con la llegada de los borbones”


 

En los últimos años, el ex-juntero por Álava, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y ensayista Ernesto Ladrón de Guevara está desarrollando una intensa tarea en la recuperación de la Hispanidad. Prueba de ello fue su primer libro sobre la materia, Nueva Defensa de la Hispanidad, que evoca a aquel mítico ensayo de Ramiro de Maeztu.

Bajo el punto de vista de Ernesto, España en particular e Hispanoamérica no podrán salir de la crisis en la que viven mientras no conozcan cuáles son las causas y los responsables de su declive y no apuesten claramente por crear un poderoso y unido bloque hispánico que se oponga y derrote al globalismo actual. De todo ello hablamos en esta entrevista para Rambla Libre y en su nuevo libro, La Hispanidad descompuesta, publicado por Letras Inquietas.

Víctimas de la LOGSE y de un sistema educativo deliberadamente fallido, una mayoría de españoles desconocen qué es la Hispanidad. Brevemente, ¿cómo se la explicarías?

Explicar la Hispanidad en pocas frases es una simplificación, pero si tengo que hacerlo yo lo resumo  así:  la Hispanidad es la obra más inmensa e intensa de la humanidad si exceptuamos el legado cristiano. Fue el primer ensayo realizado y ejecutado de los derechos humanos, con la Escuela de Salamanca, Francisco de Vitoria, Francisco Súarez, Domingo de Soto entre otros, y el testamento de Isabel La Católica, de donde nacieron las Leyes de Indias, donde se promulgaron las primeras estipulaciones de protección de las personas sin consideración de su raza o procedencia,  desde un punto de vista teológico.

¿Podemos decir que se trató de algo único, la primera vez que se hacía algo semejante en la historia de la humanidad?

Fue una obra que, como el filósofo Gustavo Bueno reconoce, se produjo no en un sentido colonizador, tal como hoy entendemos el dominio de otros pueblos, sino como generador de civilización. Una obra civilizadora por excelencia, en contraposición a la Leyenda Negra que los que pujaban por desplazar a España en el control del mundo para depredarlo, extendieron para denigrarla y devaluar ese esfuerzo, por considerar todas las tierras descubiertas como partes de España con la misma consideración y privilegios.

¿Cómo consiguió España ser el mayor ente civilizador en la historia de la humanidad?

En el punto anterior ya anticipo esta respuesta. Pero lo simplifico diciendo que se logró gracias al encargo de Isabel La Católica, elemento clave de lo que hoy entendemos la dignidad humana y su protección. Las encomiendas de Isabel con la ayuda de su consorte, Fernando, fueron la clave de bóveda del espíritu civilizador que se mantuvo durante el reinado de los Austrias, herederos de la dinastía.

¿Hubo, como acusan los defensores de la Leyenda Negra, abusos durante la evangelización y civilización de América?

Indudablemente se cometieron abusos por los conquistadores. Tengamos en cuenta que el territorio conquistado iba desde la Tierra de Fuego a Río Grande y ocupaba la mitad de lo que hoy es Estados Unidos, y la mayor parte de las islas del Atlántico, Filipinas, y parte del continente africano. Controlar todo eso era imposible, y lo sería hoy mismo pese a los adelantos en las comunicaciones. Y, sin embargo, se produjo una hibridación que no observamos en las tierras ocupadas por otras potencias del momento, sobre todo las de lengua inglesa.  Eso, en aquellas épocas era todo un milagro.

¿Cómo se destruyó la Hispanidad? ¿Quiénes son, tanto a nivel interno como externo, los responsables?

La Hispanidad tuvo un desenlace disgregador de sus territorios por factores internos y externos. El desencadenante fue una dinastía que, tras el advenimiento de los borbones que miraban hacia Versalles, ya no tenía en su espíritu el legado de Isabel La Católica, sino un enfoque más pragmático y colonizador. Esto fue creando, progresivamente, un alejamiento de la burguesía en los virreinatos, respecto a la metrópoli, por simples intereses comerciales y de control económico. A eso añadimos la influencia enciclopedista de la Ilustración Francesa, sobre todo por Rousseau y Voltaire, y la progresiva secularización producida en las capas altas de la sociedad americana, así como por el ejemplo de la independencia de los Estados Unidos. Pero hubo otros factores estructurales como la emergencia potentísima de una  masonería tanto en la península como en América hispana, así como las ambiciones coloniales de Inglaterra y luego de Estados Unidos,  que, aprovechando las convulsiones del siglo XIX en España y un rey nefasto, Fernando VII, que no supo afrontar la situación, provocaron la mal llamada emancipación de las Españas y su fragmentación en pequeños países que no han podido consolidar unas economías capaces de garantizar su soberanía respecto a los poderes exteriores.

Aprovechando la pandemia del coronavirus, ¿está sufriendo España en particular y la Hispanidad en general un nuevo ataque? ¿Quién o quiénes están detrás de esta agresión que sufre, indudablemente, el mundo hispano?

Hoy, como ayer, la Hispanidad está sufriendo una agresión derivada de un globalismo dirigido por los enemigos de las soberanías nacionales y comandados por las logias en comandita con corrientes políticas subvencionadas. Y por una potente maquinaria de ingeniería social y de modificación cognitiva, así como por el uso de la escuela para adoctrinar y modificar los contenidos de nuestra historia, generando enormes lagunas en el conocimiento, así como un vaciamiento de las humanidades en la educación no obligatoria y en la universidad. Todo ello, conjuntado, ha provocado la ignorancia sobre lo que somos, de donde venimos y cual es nuestra pertenencia y el sentido de la proyección de España en el mundo. Somos títeres en manos de poderes transnacionales como Bilderberg, y la banca internacional.

¿Es similar la situacion de España y del resto de paises hispanoamericanos?

Es evidente que los mismos fenómenos con las mismas expresiones están produciéndose, simultáneamente en diferentes países de habla hispana, por ejemplo en Chile, con una economía más estabilizada del mundo hispanoamericano hasta ahora, puesta en riesgo por las convulsiones de los agitadores sociales. Por algo es. Y no supone un hecho casual, sino causal.

Habrá que preguntarse por qué Zapatero es uno de los miembros fundadores del Grupo de Puebla, y por qué se ha cumplido en todos sus extremos la primera fase de la Agenda del Foro Sao Paulo en España. No hay más que mirar en Google la Agenda del Foro Sao Paulo y podemos comprobarlo. Es asombroso el parecido de lo que ha venido sucediendo en España desde Zapatero con la estrategia del conglomerado izquierdista controlado por Cuba, Venezuela, la Bolivia de Evo Morales, etc, para constatar que esto no sucede por casualidad.

En reiteradas ocasiones has aseverado que la salida de la crisis a todos los niveles que sufre España pasa necesariamente por recuperar la Hispanidad…

Mi respuesta va a ser muy breve y simple. Si el problema es la disgregación de la Hispanidad y su atomización. Y si el escollo principal para el ejercicio de la soberanía nacional en España es su fragmentación y el caciquismo, habrá que buscar la salida a esta ruina, enderezando el rumbo y llevando la nave en dirección contraria, es decir, hacia la unificación, tanto de España como de la Hispanidad. Y eso se empieza haciendo desde España, corrigiendo sus desajustes y en lo que fue y ya no es, salvo en el recuerdo, la Hispanidad.  Se empieza haciendo mediante políticas de alianzas y colaboración mutua, y se acaba mediante decisiones estratégicas de fondo, respetando la autonomía de las partes. Reforzar la lengua común, frenando las políticas lingüísticas enemigas de la lengua española en España, protegiendo nuestro legado católico, y no me refiero solamente a la vertiente religiosa, sino, sobre todo a la antropológica y cultural, mirando más hacia el Atlántico, e, incluso reforzando políticas de aproximación a los Estados Unidos, que no son enemigos de nuestra idiosincrasia puesto que estamos presentes tanto cultural como socialmente en todo América.

En un mundo teledirigido hacia el globalismo más desenfrenado, ¿todavía es posible reconstruir la Hispanidad?

Como no va a ser posible en ningún caso es dejándonos llevar como rebaño hacia la desaparición. Nuestra supervivencia como ciudadanos se basa en frenar este proceso hacia una nueva esclavización y colonialismo económico que va a ahogar nuestras vidas y existencias. El que no lo intenta no lo logra.

Ernesto Ladrón de Guevara: La Hispanidad descompuesta. Letras Inquietas (Octubre de 2020)

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martes, 3 de noviembre de 2020

Ernesto Ladrón de Guevara: "Borran nuestra cultura y nuestro legado histórico para conseguir una distopía en la que la tiranía parece democracia"

 


Ernesto Ladrón de Guevara, con una larga trayectoria en la vida pública vasca, escritor, experto en educación y colaborador habitual de La Tribuna del País Vasco, presenta un nuevo ensayo- mani!esto titulado La Hispanidad descompuesta, que es, sobre todo, una gran propuesta civilizacional.

Para muchos, la Hispanidad es un concepto del pasado, ajeno a la globalización en curso y !niquitado por una posmodernidad que machaca cualquier “gran relato” en aras de la atomización individualista y la deconstrucción cultural. En este contexto, la Hispanidad, ¿nostalgia del pasado o recuerdo de un futuro que puede ser mejor?

Sin duda es un recuerdo del pasado para abrir un proceso de liberación, de mejoría por emancipación respecto al esclavismo al que pretenden someternos, desde un globalismo que está desarrollando técnicas muy so!sticadas de control cognitivo sobre nuestras poblaciones, que eran, otrora, referencias de civilización, de cultura y de respeto a la dignidad de las personas.

Ese globalismo orwelliano tiene un diseño de deconstrucción de nuestro pasado, para destruirlo de!nitivamente, y que nuestras nuevas generaciones ni tan siquiera tengan una leve noción de lo que fue; y para generar una nueva cosmovisión relativista, falsificadora de la realidad y de la veracidad histórica.

Con ese borrado del disco duro de nuestra cultura, de nuestro legado antropológico y de nuestra !losofía colectiva de vida, se consigue una distopía en la que la tiranía parece democracia, la opresión simula libertad y los derechos individuales son adulterados y transformados en procesos emancipatorios falsarios, que, en definitiva nos abocan a nuevas fórmulas de esclavización perfectamente maquillados en formas sutiles de dependencia tecnológica; que es un cajón de sastre que introduce en nuestro cerebro nuevas codificaciones y modulaciones cognitivas para convertirnos en seres manejados como marionetas.

Habla de la Hispanidad como el fruto de una religión, el catolicismo, un idioma, el español, y una sangre común y mestiza. No obstante, un catolicismo en amplio retroceso, ¿no hace inviable la recomposición de la Hispanidad al carecer de una espiritualidad común? ¿No ha contribuido a ello, particularmente, el desembarco masivo de iglesias evangélicas y pentecostales, de impronta yanqui, que desde su “Teología de la prosperidad”, elimina el sustrato religioso tradicional? En este sentido, esta agresión religiosa, ajena a la historia común de los tres continentes americanos, entrelazados por el catolicismo hispánico, ¿no es una forma e!caz, y ya de largo recorrido, de ingeniería social?

Por supuesto. Mi respuesta a esta pregunta enlaza con lo anteriormente dicho. La Hispanidad fue una fórmula inédita en la historia de la humanidad para llevar a tierras inexploradas, hasta entonces, el mensaje de Jesucristo, que era la fuente de la consideración del hombre como poseedor de dignidad por el solo hecho de nacer dotado de alma y sujeto al derecho natural que es la fuente de todos los derechos.

El legado de Isabel La Católica, de los fundadores de los derechos humanos en la Escuela de Salamanca de Francisco de Vitoria, y de otros prohombres, dominicos, promotores de un iusnaturalismo orientado por el Tomismo, y las propias Leyes de Indias, dieron forma a un nuevo espíritu civilizador jamás repetido por ningún otro proceso colonizador.

Todo eso se vino abajo a partir del reinado de Carlos III, con la dinastía borbónica, por diferentes factores; pero el más reseñable fue la trama urdida por el poder protestante que vendría de la mano de la acción inglesa y los in"ujos de un nuevo polo de dominio, que se iría generando desde los nuevos Estados de América del Norte, infiltrando iglesias evangelistas y de inspiración protestante.

Todo eso, junto con la e!caz acción de la masonería y las ideas ilustradas fueron desvertebrando esa ligazón entre las Españas, puesto que los cuatro virreinatos fueron también España con todas las consideraciones como tales.

Piénsese que hoy estamos exactamente igual en nuestra España constitucional. Se está atacando la lengua común, el español, nuestro hecho antropológico de naturaleza cristiana y se cuestiona nuestro ADN colectivo, abogando por procesos etnicistas de descomposición.

La lectura del libro me ha recordado, en muchos aspectos, a algunas de las propuestas de la Cuarta Teoría Política del ruso Alexander Duguin, y de los autores de la denominada Nueva Derecha, de matriz francesa, quienes proponen, desde la geopolítica mayormente, un futuro que pasará por espacios continentales autocentrados, autónomos y de dinámica proteccionista. Algunos ya están en marcha, caso del espacio chií liderado por Irán, China, India, sur de África, Rusia y repúblicas centro-asiáticas, Turquía y su área panturca... Desde esta perspectiva, ¿la Hispanidad podría ser, tal y como propone el escritor español Josep Alsina, uno de tales espacios?

Exacto. Esa es la propuesta que guía el libro. Un espacio cultural común, con diseños cooperativos y marcos de defensa común. Cuando me re!ero a defensa, no solamente comento la armada, sino que es una concepción global de protección de un estilo común de vivir, de una cosmovisión colectiva que nos hermana, de una historia compartida que justi!ca nuestra existencia, de un marco de desarrollo económico que se fundamenta en nuestras propias capacidades, de la existencia de recursos naturales inexplotados por falta de capacidad !nanciera ya que estamos atomizados, de la liberación respecto a poderes externos que están expropiando nuestras fuentes de desarrollo, colonizando en todo lo que signi!ca la palabra colonizar todo. Y cuando digo todo, me re!ero a nuestra soberanía que es la capacidad para determinar nuestro futuro colectivo, nuestro patrimonio desarrollado con el esfuerzo y sacri!cio de nuestros ancestros y nuestros mayores, nuestras formas de relación y de vida. Nuestros valores transmitidos por nuestros antepasados. Y así un largo etc. Es una propuesta de emancipación y de colaboración. Es un planteamiento que ya tiene un fuerte desarrollo de la mano de personalidades como Patricio Lons y otros, tanto en Hispano América como aquí. Solamente que esos fundamentos emancipadores están puestos en sordina por quienes manejan una información que en realidad es desinformadora.

Este redescubrimiento de la Hispanidad, como proyecto colectivo civilizacional, ¿le traslada a la tradición del pensamiento contrarrevolucionario?

Por supuesto. Las revoluciones, en aquellos años de la mal llamada emancipación hispanoamericana, estaban teledirigidas por el mundo oculto, por los intereses de la masonería, de descomponer el entramado católico en Hispanoamérica y llevar su espíritu civilizador y humanizador a un relativismo que desvertebró y liquidó la capacidad de sobrevivir en aquella biocenosis depredadora que despojó al mundo hispano de su capacidad de supervivencia.

Su desarrollo quedó frenado en seco. Las clases sociales más desfavorecidas que eran precisamente la de los indígenas quedó al albur del dominio criollo, ligado a los intereses de hegemonía del mundo anglo que iba así desplazando al poder hispano del dominio en América, hasta el punto de que los aborígenes amerindios tuvieron que recurrir a rescatar sus células de propiedad para defenderse. Nada sería igual a partir de entonces.

Todo lo contrario de lo que nos han contado. Las capacidades de competir por sí solos en ese mundo donde el pez gordo se come al chico, se vieron limitadas e impedidas, lo que abrió más tarde la puerta del marxismo como fórmula de liberación, con otra forma revolucionaria para llevar a situaciones de más miseria. Nada fue igual al pasado. Todo fue a peor.

Y hoy vivimos el mismo fenómeno. Al desconocer nuestra historia estamos condenados a repetirla.

Habla de compromiso, comportamiento pro-activo... Iniciativas como Fundación Disenso y su medio digital La Gaceta de la Iberosfera, especialmente enfocado a la actualidad de las Américas, ¿están encaminadas, en algún modo, en esa dirección?

Aún no he podido profundizar en el mensaje de esos medios, pero, según lo que he podido ver de lo que dicen, sí concuerda con este planteamiento mío expresado en el libro, y en lo que propone, entre otros, Patricio Lons y la, para mí ejemplar, Paloma Pájaro en su canal “Fortunata y Jacinta”.

En realidad, encaja de alguna manera en el pensamiento del !lósofo Gustavo Bueno, que es una referencia fundamental, aunque no sea exactamente lo mismo que lo que expongo en mi libro.

Es incuestionable la in"uencia en su libro de Ramiro de Maeztu y José María Iraburu. En mi caso, como en el suyo, el libro Quito fue España. Historia del realismo criollo, de Francisco Núñez del Arco, ha sido un verdadero “descubrimiento”. Desde su criterio, ¿qué direcciones debiera tomar la investigación histórica hispanoamericana en aras de una correcta valoración de la trayectoria común de nuestros pueblos y el legado hispánico?

Esa investigación histórica debe partir del rigor historiográ!co del que carecen muchos enfoques o!ciales de una historiografía demasiado contaminada por prejuicios y perjuicios. Solamente desde la absoluta imparcialidad en la interpretación de las fuentes se puede llegar a la verdad. Tengo que decir, a título orientativo de lo que quiero expresar, que yo procedo en mis orígenes políticos de un marxismo cultural, del cual he podido desprenderme en la medida de que he ido avanzando en el conocimiento, más autodidacta que el in"uenciado por el academicismo universitario, demasiado escorado hacia una forma unívoca y sectaria de interpretación de nuestro pasado.

Descubro, con asombro, cómo en Hispanoamérica son mucho más hispanistas que aquí, en España, y que eso se debe a que no han estado tan in"uidos por las in"uencias de la Generación del 98 y por el espíritu de decadencia que se extendió, como una mancha de aceite, tras la pérdida de Cuba y Filipinas, que fueron el principio del germen de la desvertebración de España.

Además de la historia y la geopolítica, ¿qué otras disciplinas pueden coadyuvar en este empeño?

Nuestro pasado no debe reconstruirse solamente desde el enfoque histórico, sino también desde el antropológico, desde el materialismo !losó!co de Gustavo Bueno, que no es lo mismo que la !losofía materialista, desde un planteamiento pedagógico, en tanto que la historia no tiene sentido si no es en función del conocimiento objetivo de la realidad que guía la capacidad de analizar los fenómenos contemporáneos, y, por qué no, desde la teología. No se puede tener una verdadera cosmovisión fundada en el conocimiento sin una formación humanista. Y las humanidades han sido laminadas. Y nada es casual. Es causal.

Ha puesto en valor la formulación del !lósofo español Gustavo Bueno de imperios generadores versus imperios depredadores. ¿Podría hacer una breve presentación de este concepto, que entiendo nuclear en su ensayo?

Este concepto es especialmente importante para desmontar la Leyenda Negra, mitológica e inexacta, que nos han endosado desde las esferas de quienes querían destruir el catolicismo y, por ello, también España. Es lamentable que los propios españoles hayamos dado carta de naturaleza a esas diatribas totalmente infundadas respecto a nuestra presencia en el mundo.

Y en este fundamento tiene razón de ser la idea lanzada por el !lósofo Gustavo Bueno de que el Imperio Español no fue depredador, colonizador, sino generador, puesto que fue la cuna de los valores de convivencia entre españoles de todas las Españas, donde todos los individuos eran súbditos de la Corona con los mismos derechos, prerrogativas, y privilegios; sin distinguir entre quienes procedían de la Metrópoli y los pertenecientes a los virreinatos. Por eso era un Imperio Generador y no Depredador, como lo fueron las colonias dominadas por el espíritu anglosajón que veían los territorios conquistados como botín de ocupación, no como expansión de un planteamiento civilizador cuya fuente era el cristianismo. La religión era el pegamento que ligaba a todas las partes de la Hispanidad. Por eso los territorios adheridos a la corona, que no colonizados, eran “Las Españas”. Eso lo tienen claro en Hispanoamérica. Lamentablemente no tanto aquí.

Por último, no puedo evitar referirme a su preocupación por la intervención de Inglaterra y de la masonería –que acabas de citar- en la desmembración del Imperio español, del que se deriva la Hispanidad, una comunidad más espiritual que formal. Esta inquietud, ¿no queda superada ante la emergencia del poder chino y los retos del islamismo radical?

Por supuesto. Hoy China es el nuevo Imperio Depredador. En poco tiempo, si todo va así, seremos colonia de China; como lo está siendo África y zonas de Hispanoamérica, de forma silenciosa. Entendiendo la colonización como apropiación !nanciera de recursos mineros, de producción industrial, del territorio y del comercio. Y sobre todo del control tecnológico de la población. Lo mismo que desde el plano cultural y demográfico, por parte del islamismo, si seguimos con los actuales procesos migratorios consentidos o estimulados desde instancias políticas.

Pero todo ello no se podría explicar sin el trasunto oscuro del poder que es el entramado intelectual y de ingeniería social que atraviesa los elementos fundamentales del control político y de las instancias de poder, tanto de la gran economía, sobre todo !nanciera, como política. Todo ello está entrelazado.

Nuestra soberanía está desmantelada. De hecho, soy escéptico respecto a que la democracia sea realmente funcional, y que nuestra soberanía como Estado tenga verdadero fundamento y realmente exista. Nada de lo que parece es cierto. Ni hay verdaderas libertades, ni Estado de Derecho realmente efectivo, ni Estado Social. Todo está en proceso de descomposición. Y eso no es porque sí. Eso está guiado.

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El mito del Euskera perseguido por Franco, por Francisco Torres

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