lunes, 31 de agosto de 2020

ANÁLISIS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO Y JUDICIAL EN FRANCIA POR LOS QUE SE MANTIENE A FRANCISCO FRANCO LA DISTINCIÓN DE LA LEGIÓN DE HONOR DE ESE PAÍS

 

En una triste época para el Derecho en España, en la que asistimos asombrados a toda una serie de actos que parecen más propios de Estados primitivos donde no rige el Imperio de la Ley, como por ejemplo podría definirse la exhumación forzosa de los restos mortales de un anterior Jefe del Estado y su inhumación forzosa en un lugar elegido a tal efecto por la autoridad gubernativa y no por la familia del afectado, es que se impone la necesidad de abordar bajo un prisma estrictamente jurídico el asunto de cómo la República de Francia ha tratado y resuelto en la actualidad el asunto del otorgamiento a Francisco Franco de la mayor condecoración de ese país, la Legión de Honor, con el resultado final de su mantenimiento.
No es la primera vez que Francia le enseña a España cómo hay que tratar a los dignatarios españoles fallecidos; recordemos cuando murió en el exilio y abandonado un anterior Presidente del Gobierno, Miguel Primo de Rivera en un Hotel de París, cómo las autoridades de ese país le dieron el tratamiento de Honor debido en el desplazamiento de sus restos mortales en territorio galo, mientras que cuando cruzaron a territorio español, dicho tratamiento de Honor desapareció de forma vergonzante y eso que todavía en España regía la Monarquía de Alfonso XIII, aunque por poco tiempo.
También estamos asistiendo atónitos a cómo ahora, después de 45 años de su fallecimiento, son múltiples los Ayuntamientos en España que deciden retirar a Francisco Franco los honores que le concedieron en su momento, a pesar de que hay otros Ayuntamientos que están decidiendo no participar en ese ajuste de cuentas impropio y que además de ser meramente demagógico y propagandista, no se ajusta al Estado de Derecho, como es el caso del Ayuntamiento de Calatayud.
España, lo queramos o no, se ha convertido en un territorio abonado para el “Memoricidio” y en vez de arreglar los problemas del presente, que no son menores, y prevenir los del futuro, que serán aún mayores, se está dedicando a legislar y gobernar en contra del pasado, con un revanchismo estéril que nos conduce a la nada y sí a la peor de las frustraciones y divisiones.
En Francia también ha intentado entrar esa ola de “Memoricidio” contra la figura de Francisco Franco y además lo ha hecho apuntando a su mayor reconocimiento en ese país, el de Oficial de La Legión de Honor, primero, y después de Comandante, y ha tenido que ser de la mano de un Cónsul español allí e hijo de un Republicano español, pero en apenas dos años en el país vecino han dado carpetazo a este asunto, y de forma muy razonable.
La Orden de La Legión de Honor es la más importante de Francia, fue establecida en 1804 por el Emperador Napoleón Bonaparte y requiere para su concesión la apreciación de méritos extraordinarios en el ámbito civil o militar. Su lema es “Honor y Patria”.
El gran Maestre de la Orden es el Presidente de la República de Francia. Bajo su autoridad está el Gran Canciller de la Orden, actualmente el General Benoit Puga, el cual está incluso habilitado para asistir al Consejo de Ministros cuando se trate un asunto de su Orden, lo cual da una medida de la importancia de la misma en ese país. Los Cancilleres de la Orden han de ser Soldados de Francia. Es verdaderamente impresionante la dignidad de su funcionamiento y de su Historia.
Volviendo al caso que nos ocupa analizar, el 12 de abril de 2016 el Gran Canciller de la Orden rechazó la solicitud de retirarle a Francisco Franco la distinción de La Legión de Honor, decisión que fue posteriormente ratificada el 28 de noviembre del mismo año.
El solicitante, un Cónsul “honorífico” de España en ese país, recurrió judicialmente las resoluciones administrativas a un Tribunal Administrativo de París (6ème section 1ère chambre), el cual mediante su sentencia judicial N° 1706301/6-1 del 2018 ha decidido el mantenimiento de dicha distinción.
Por su parte, el Canciller sostenía que su decisión es un acto gubernativo y por lo tanto no sujeto a la revisión judicial, cuestión que no fue aceptada por el Tribunal de Justicia.
La sentencia describe el relato fáctico del nombramiento de Francisco Franco en las distinciones de esa Orden; primero como Oficial, el 22 de febrero de 1928, y después una superior, como Comandante, el 26 de octubre de 1930, a propuesta del Ministro de Asuntos Exteriores galo, cuando era Director de la Academia Militar de Zaragoza, de la que fue su creador y su gran impulsor.
El Tribunal decide que la retirada de una distinción honorífica es una decisión desfavorable para el beneficiario de la misma, y que en ausencia en el Código que regula dicha distinción de disposición alguna que lo contemple, no podrá aplicarse si la persona agraciada está ya fallecida, lo que es el caso desde 1975, no pudiéndose aplicar en este caso por analogía, como pretendía el Cónsul “honorario” el artículo R.26 de dicho Código aplicable, que contempla la posibilidad de otorgar dicha distinción para personas fallecidas, pero limitada a un plazo de un año desde su muerte, y porque además esta excepción favorece a los afectados, nunca les perjudica.
Por consiguiente, el Tribunal de Justicia de Francia resuelve esta cuestión desde un punto de vista de estricto respecto a la Ley y ha dado carpetazo a esta cuestión.
La Memoria de Francisco Franco seguirá en Francia disfrutando del mayor Honor de esa Gran Nación y lo hace por motivos acrisolados en la Historia militar mundial; ser el General más Joven de Europa, con 33 años, con todos sus ascensos desde Capitán por méritos de Guerra, haber sido Cofundador de La Legión Española en 1920, haber participado heroicamente en el Desembarco de Alhucemas en una exitosa y complejísima operación militar conjunta entre España y Francia, que consiguió pacificar el Rif, y por haber fundado y dirigido la considerada entonces la mejor Academia Militar del Mundo, la de Zaragoza.
En cualquier caso, haber dado luz verde a esa iniciativa habría sido abrir la Caja de Pandora, porque seguro que a continuación habría muchas más peticiones similares, y sería objeto de un constante juicio de revisión que haría inviable su futuro, algo similar a lo que le está pasando a España en la última década, objeto de su constante y desconcertante “Memoricidio” por causas meramente electoralistas y por hechos sucedidos hace casi 100 años.

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jueves, 27 de agosto de 2020

Serrano Suñer- Hitler, una reparación histórica.

 


Conocí a Don Ramón Serrano Súñer en1973 y fui su amigo y colaborador hasta su muerte, acaecida el año 2003, y cuando sólo le faltaban 11 días para cumplir los 102 años...y por ello puedo "reparar" la idiotez que acabo de leer (una más) sobre  su "filonazismo" y su postura pro-EJE (o sea, la de participar en la Guerra al lado de la Alemania nazi), tal vez porque no saben distinguir entre Alemania y Nazismo. Don Ramón era un gran admirador de Alemania (como Ramón y Cajal, y Unamuno, y Ortega, y  Marañón, y Azaña...y todos los intelectuales españoles) y un mal ·amigo" del nazismo. Admiraba a Mussolini y no comulgaba con Hitler. Pero, como hoy de lo que quiero hablar es de la entrevista DESCONOCIDA que tuvo con Hitler en su último viaje a Alemania y siendo Ministro de Exteriores de España. Nunca habló de ella en público, ni siquiera en sus libros "Entre Hendaya y Gibraltar" y "Memorias")...aunque sí con Franco, me limito a reproducir la versión que me dio una tarde, de las muchas que pasé con él, en su casa de la calle Príncipe de Vergara, de Madrid. LEAN.

 

"Antes de salir para España Serrano fue llamado de nuevo por Hitler. Don Ramón subió casi a escondidas desde Berchtesgaden a Berghof con todas las señales de alerta en rojo, pues tanto él como sus dos acompañantes oficiales (el Barón de las Torres y el Profesor Tovar) no habían dormido apenas pensando que allí podía pasar cualquier cosa, dado que los nazis no se paraban en barras cuando se jugaban una baza importante. Es más, debatieron si debía subir o no y si debía hacerlo solo o acompañado, dado los antecedentes y lo que les había ocurrido a otros mandatarios extranjeros.

Hitler recibió al Ministro Serrano Suñer en una salita de estar muy diferente al gran salón de la tarde anterior y con el semblante muy amistoso. Sólo había, sólo hubo, un testigo: el intérprete alemán (no he podido concretar nunca si fue en esta ocasión Paul Schmidt o el famoso Gross). Aquella imprevista conversación transcurrió así:

  • ---Querido Ministro, le aseguro que esta noche no he podido dormir pensando en España. Sabe usted muy bien, por lo que hablamos ayer, que la toma de Gibraltar y el cierre del Mediterráneo para Inglaterra es fundamental para la marcha de la guerra -dijo Hitler en un tono que a mí me dejó de piedra y me hizo temer lo peor-. Y sabe usted que mis generales y las 186 divisiones que esperan me están presionando para pasar los Pirineos y llegar al Estrecho (aquí volvió a otro de sus silencios famosos). Señor Ministro, yo el Führer de Alemania, tengo que tomar hoy mismo una decisión trascendental: dar la orden a mis ejércitos de que entren en España y tomen Gibraltar y eso es algo muy serio. Por eso he querido verle antes de su regreso. (Y otra vez  guardó silencio). Sé -y aquí sacó su tono de voz más convincente- que usted es amigo sincero de Alemania, pero también sé que usted es por encima de todo un buen español, lo que le aplaudo, por lo tanto le ruego que me responda a la pregunta que le voy a hacer con la máxima sinceridad.
  • ---Führer –me atreví a decir con la mejor voz que pude ante esta situación- le agradezco sus palabras porque son la verdad: soy amigo de Alemania pero soy por encima de todo español. Tenga la seguridad que yo le diré la verdad, aún en contra de los intereses políticos.
  • ---Señor Serrano, lo sé y por eso le he convocado a esta reunión. Dígame señor Ministro, ¿qué haría de verdad el pueblo si mañana entran en España mis ejércitos?

Yo -dice Serrano- me quedé anonadado, porque comprendí en el acto que estábamos al límite de la invasión militar que tanto temíamos. Y por tanto instintivamente medité mis palabras de respuesta.

  • ---Führer –dije con gran seguridad- el pueblo español en este supuesto se echaría al monte sin pensarlo. Igual que ocurrió con Napoleón.
  • ---¿Y los amigos de Alemania?, preguntó él cortando mis palabras.
  • ---¡También!, - dije yo mirando fijamente al intérprete-  Y no olvide lo que fue la guerra de España para el emperador de los franceses".

Recuerda Serrano: Hitler se quedó callado unos segundos que a mi me parecieron siglos y luego dijo:

  • ---Señor Ministro, ya sé que la guerra de guerrillas la inventaron los españoles".

Entonces se levantó y al tenderme la mano en señal de despedida todavía dijo:

  • ---Señor Ministro, gracias por su sinceridad. Usted es un buen amigo y sobre todo un buen español. Le aseguro que tendré en cuenta sus palabras antes de tomar la última decisión. Que tenga buen viaje de regreso.

Y todavía cuando salía de aquella coqueta habitación me detuvo con otra pregunta:

  • ---Perdone, señor Serrano (y el uso de mi apellido lo recalcó con intención y picardía). ¿Y usted qué haría si entran mis soldados en España?
  • ---Führer –repliqué con humildad- yo me echaría al monte como un español más".

Cuando terminó de leer don Ramón los dos folios escritos de su puño y letra a Merino, que había sacado de una carpetilla azul, sobre esta última entrevista con Hitler, le preguntó Merino si habló del tema con Franco y que por qué nunca había hablado del tema:

"Sí. A Franco le conté toda la verdad nada más volver a Madrid e incluso le dije que nos preparáramos para lo peor (es decir la invasión y la guerra). Pero Franco, a parte de aplaudir mis palabras, me pidió entonces que no dijera nada, que él capearía el temporal. El hecho cierto, sin embargo, es que la invasión no se produjo y que Hitler ya no nos presiono más (aunque sí algunos de sus ministros).

Y en cuanto a la primera parte de sus preguntas la razón o razones son bien sencillas: yo no quise incluir esta última conversación con Hitler en mi primer libro "Entre Hendaya y Gibraltar" ni en mis "Memorias" porque había roto mentalmente con Franco, con el Régimen y hasta con la Historia. En esos momentos me daba igual todo y luego fue demasiado tarde. Además no había testigos vivos y algunos de mis "amigos", que siempre he tenido muchos, podían acusarme de inventor de historias. No. Esta verdad histórica se irá conmigo a la tumba como otras muchas que otro día le contaré.

A pesar de este rasgo final de aparente confianza Hitler siempre tuvo una mala opinión sobre Serrano: "Me repugnó desde el día que lo vi por primera vez, aunque nuestros embajador, con abismal ignorancia de los hechos, me lo presentaba como el germanófilo más ardiente de España".

El Führer, e incluso su amigo Ciano, acusaban a Serrano de Vaticanista.

Y a este hombre ¿se le puede llamar "filonazi"?. Me hubiera gustado a mi saber lo que habrían hecho en una situación parecida los Sánchez, los Casados o los Iglesias de hoy... es decir con un Jefe de Estado, cuyos ejércitos están ya en ese momento en  PARIS y son los amos de Europa... y tiene en los Pirineos listas para entrar en España 200 divisiones, 10.000 tanques y 2.000 aviones. Por favor, seamos serios con la Historia. Les aseguro que Don Ramón Serrano Súñer se merece, al menos, esta humilde REPARACION HISTORICA.


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martes, 25 de agosto de 2020

Leon Degrelle: Dos días con Himmler




 Junio de 1941, estalla la guerra con la URSS y Degrelle no puede quedar ajeno cuando el futuro de Europa está en juego. A los pocos días Degrelle, con la ayuda de su lugarteniente Rouleau, anuncia la creación de un Cuerpo franco para combatir contra el Comunismo. Dos semanas después el primer contingente partirá en uniforme rexista para el campo de instrucción y poco después al frente. A la cabeza de estos está Degrelle, que ha renunciado a un nombramiento de oficial por parte del propio Hitler.

Las batallas se suceden y las cifras de bajas son excalofriantes. Las exhaustas filas deben ser rellenadas constantemente con nuevos voluntarios llegados de Bélgica. Esta valía será reconocida por los alemanes.
En 1943 Degrelle, que siempre se distinguió por acciones espectaculares, anuncia un viraje radical en su programa político. Los valones son parte de la Europa germánica y por lo tanto a la par con los alemanes, afirma Degrelle ante un auditorio atónito. Degrelle juega la carta de la reordenación territorial de Europa y ve la posibilidad de lograr una posición en la Nueva Europa, rompiendo los viejos moldes de los estados nacionales de preguerra. Esta toma de posición no es compartida por algunos de sus dirigentes, excesivamente conservadores como José Streel y abandonan Rex aunque la más evidente fascistización del movimiento atrae a millares de jóvenes a sus filas mientras los veteranos conservadores lo abandonan.
En mayo se produce una reunión con el Reichsführer de las SS Heinrich Himmler, a la sazón, uno de los hombre más poderosos y temidos de Europa, con el propósito de incorporar el Cuerpo Franco a las Waffen SS. Es un paso decisivo y hará del lema de la orden negra “Mi honor se llama fidelidad” su divisa para el resto de su vida.
Degrelle, que siempre amó los retos y pruebas difíciles, decide llevar la negociación al límite máximo. Reproducimos aquí esos días según sus propias palabras.
P.— ¿Cómo le recibió Himmler?
R.— Himmler me esperaba al pie del vagón. Me abrazó. Resultaba sorprendente después de la larga pelea que había tenido con el general Berger, su colaborador más importante.
«Main lieber Degrelle, querido Degrelle— me dice, sonriendo—, todo está olvidado.»
Yo sonrío, claramente menos que él: «Qué es lo que está olvidado, Reichsführer?»
Más bien desconcertado, se explica: «¡Ah!, que usted estaba contra nosotros durante la neutralidad belga. »
Me corresponde explicarme: «Yo no estaba ni contra ustedes ni a favor de ustedes. Yo era neutral. El interés de mi pueblo era quedar fuera de la guerra. Yo no tenía deberes más que para él. Por tanto, no hay nada que olvidar.»
«Bien, bien— asiente—. Está bien; ustedes se incorporan a las Waffen SS.»
Siento que voy a explotar: «En absoluto, Reichsführer. No nos incorporamos a las Waffen SS. ¿De dónde ha salido esa historia? Con el general Berger he tenido diez días de conversación tensa. Mire, ahí está, pregúnteselo. La conversación fracasó completamente e incluso nos hemos enfadado. No podemos entrar así a ciegas en las Waffen SS. Hay que sopesar y equilibrar semejante decisión.»
Luego, bruscamente, tuve una idea feliz. Miro a Himmler directamente a sus ojos: «Reichsführer, usted no conoce a mis soldados. ¿Por qué no viene a verles? Son unos tipos formidables.»
Himmler quedó sorprendido. «Pues sí; en el fondo es una buena idea. Berger, ¿tengo esta semana tiempo libre? ¿Mañana? ¿Dice que sí? Entendido. Partiremos esta noche.»
Las posiciones ya habían cambiado completamente. Era yo quien llevaba a Himmler a la grupa.
Tras esos cambios de impresiones pasamos a almorzar. Habían sido invitados una veintena de generales, evidentemente para impresionar al pobre visitante belga. Himmler incluso había invitado a Bormann. Así es cómo le conocí. No era en absoluta el hombre super importante que se ha descrito a las masas después de la guerra. Más bien era el adjunto discreto, con aspecto de cantinero. En absoluto fue el árbitro que disponía del porvenir del mundo.
¿Cómo colocarse en la mesa? Inmediatamente me arrellané a la derecha de Himmler, para dar a entender bien a todos aquellos generales que yo era un caudillo político, y que era más importante ser el portavoz de un país que llevar entorchados. Los militares deben servir a la política de un pueblo y no mandarla.
A las seis o siete de la tarde subíamos al tren.
P.— ¿Cómo transcurrió ese viaje?
R. —El tren especial de Himmler, como el de Hitler, en el que iba a pasearme después alguna vez a través de Europa, era todo un mundo: amplio salón de conferencias, comedor, dormitorios, sala de secretarias, sala de radio, sala de estenografía, sala de teléfonos, cocinas, dormitorios del personal. Se podía telefonear a cualquier sitio de Europa.
En esta atmósfera me encontré inopinadamente cara a cara con Himmler, el número dos del III Reich. Estaría con él un buen número de horas, puesto que teníamos que recorrer la Prusia oriental y toda Polonia antes de llegar a nuestro campamento.
Pasamos a la gran mesa de reuniones. El combate iba a comenzar. El hombre que tenía frente a mi apenas le conocía, pues era la primera vez en mi vida que me veía con él. Conocía personalmente a Hitler desde 1936, pero Himmler, de quien verdaderamente dependía en aquel momento nuestra suerte, era para mí, en el fondo, un desconocido. Y un desconocido de un poder temible, puesto que las Waffen SS del frente— que no hay que confundir con unos miles de policías SS que guardaban los campos de concentración—, esas Waffen SS, estaban adquiriendo unas proporciones gigantescas e iban a convertirse en el verdadero motor de la nueva Alemania o, más exactamente, de la nueva Europa.
Himmler era un hombre que parecía bastante desmedrado. Tenía ojos pequeños y parpadeantes, de miope. Unos carrillos magros. Nariz pálida. No era precisamente un modelo de fortachón. Uno se preguntaba qué pasaba detrás de sus lentes. Acompañado por el grueso general Berger— mudo como un mamut congelado—, Himmler estaba allí, justo delante de mí, agradable y temible.
Yo iba a jugar a fondo. Porque en la vida hay que jugar a fondo. Hay que saber lo que se quiere; si no, no vale la pena. Ahora bien, lo que yo quería era, evidentemente, lo contrario de lo que deseaban los Berger y compañía, que trataban de que los miles de voluntarios belgas pasasen incondicionalmente bajo las órdenes de un mando de las SS, al igual que las demás unidades de las Waffen SS europeas, y tal como la Legión flamenca, incorporada en agosto de 1941.
P.— ¿Puede contarnos más en detalle esa negociación que tuvo con Himmler?
R.— La gran discusión comenzó inmediatamente.
Tanto a Hitler, que se mantenía al corriente por teléfono, como a Himmler, plantado ante mi y todo sonrisas, les iba a presentar inmediatamente nuestras propuestas, que en realidad eran condiciones.
Para mí había una cosa clara: nosotros, los combatientes belgas del frente del Este, nos considerábamos representantes de nuestro pueblo. Y en eso yo sabia que estaba en la línea exacta de la doctrina hitleriana. En la concepción hitleriana del poder político la base de todo era el pueblo. No los partidos. No los bancos. No las pequeñas combinaciones. Sino la gran realidad carnal que es el pueblo. En consecuencia, cuando gané la partida, Hitler me dio la razón hasta tal punto que me reconoció como «volksführer», es decir «caudillo del pueblo».
Entonces, sin rodeos vanos, le dije a Himmler lo que diría después personalmente a Hitler, y repetiría a los alemanes hasta el momento en que todo se puso en orden: «Mientras nuestro pueblo no esté integrado en la comunidad europea como pueblo igual y libre, no podemos hacer concesiones, y debemos cerrarnos en banda sin ceder nada de lo que somos.»
P.— Esto era algo tremendo. ¿Cómo reaccionó Himmler?
R.— Himmler empezó por decir que, evidentemente, era preciso que, como en todas las unidades de las Waffen SS, tuviésemos un mando alemán.
«Imposible, al menos por el momento», le respondí. Cuando la gente de mi pueblo ejerza tareas de mando en las grandes unidades militares alemanas, cuando dos o tres gobernadores originarios de mi pueblo dirijan provincias alemanas convertidas en europeas, cuando ministros procedentes de mi comunidad popular tengan en sus manos uno o dos ministerios de una Europa unida, entonces sí se podrá hablar, y con el mayor placer, de interdependencia. de compenetración, y no de dominación. Pero mientras no lleguemos a ello no podemos dejarnos absorber sin garantías formales y debemos conservar íntegra la personalidad de nuestro pueblo.
«Que tengamos interés en protegernos— añadí—, manteniendo con firmeza ciertas prerrogativas, no tiene nada de hiriente. La política no es sentimentalismo. La vuestra, no más que la nuestra. Como políticamente la suerte de nuestro pueblo aun no está resuelta, sólo podemos considerar una acción en equipo con las Waffen SS si conservamos, en primer lugar, nuestro mando, condición indispensable, y, en segundo lugar, que nuestra lengua siga siendo la de nuestra unidad, porque la lengua es el elemento número uno de auto defensa de cualquier pueblo.»
P.— ¿No quería usted la lengua alemana en su unidad?
R.— «Ustedes— le dije a Himmler— han impuesto la lengua alemana a las unidades flamencas. Es un error, pues la lengua flamenca forma parte de la personalidad del pueblo flamenco. Para nosotros, que somos «germanos de lengua francesa», nuestra característica es precisamente que somos de lengua francesa, y en esto no es posible transigir. Y digo incluso que llego a tal punto, que no permitiré por ahora a nadie el uso de la lengua alemana en nuestra unidad.
Después, ya se verá. Todos los europeos conocerán, sin duda, algún día el alemán, segunda lengua convertida en vínculo de unión general. Mientras tanto, nuestra propia lengua es una defensa. En la Europa que está por construir debemos protegernos. Sin nuestra lengua quizá nos hundiríais.
P.— Prácticamente ¿cómo esperaba usted meter una unidad que halaba francés en el dispositivo militar del III Reich, mandado en alemán?
R.— Es un hecho que yo nunca admití oficiales alemanes en ningún puesto, de mando en el seno de nuestras unidades valonas, ni siquiera en los puestos más modestos. Jamás tuvimos colaboradores alemanes, salvo en las funciones técnicas y servicios de enlace. Ni un solo alemán mandó nunca entre nosotros una simple compañía. E incluso esos alemanes que actuaron como especialistas siempre tuvieron que hablarme en francés y llamarme «Chef». Seria de mi de quien recibirían ascensos y medallas cuando llegué a comandante jefe de división. Resultaba incluso algo raro: alemanes obteniendo galones y condecoraciones de su país solo si un valón se los concedía.
Hasta ese punto llego a aceptar Hitler la idea de la igualdad de todos en el seno de una Europa común.
No había ni remotamente nada de vanidad por nuestra parte en ese comportamiento: éramos excelentes camaradas de los militares alemanes que estaban de servicio con nosotros; pero quedaba bien claro que nuestra legión era en todo nuestro feudo, y en el mando teníamos que tener prerrogativas iguales a las de cualquier comandante jefe alemán.
A Himmler le expuse durante varias horas mi punto de vista, amablemente pero con firmeza. Yo siempre he dicho todo con firmeza, pues andar con cumplidos no sirve de nada. Hay que explicar claramente y con franqueza lo que se piensa, y, de vez en cuando, con un guiño, una palabra amable o una broma que haga reír, apacigüen y resuelvan el asunto.
P.— ¿Cómo reaccionó Himmler?
R.— Con calma. E incluso amablemente. A medida que la discusión proseguía yo iba obteniendo, etapa por etapa, tres concesiones capitales: tendríamos nuestro propio mando, conservaríamos nuestra lengua y seguiríamos con nuestras banderas nacionales.
También la bandera era un símbolo para nosotros. Ceder en la bandera hubiese sido ceder moralmente en muchas otras cosas. Nosotros llevamos al frente ruso una bandera que se remontaba a lo más remoto de nuestra historia: el espléndido estandarte rojo y blanco de la cruz de Borgoña— con los bastones nudosos de San Andrés— que nuestros grandes duques de Occidente, a partir de la Edad Media, habían hecho ondear desde Frisia y Zelanda al Artois y al Franco-Condado. Carlos el Temerario lo había blandido en sus combates trágicos contra Luis Xl, en Suiza y en Alsacia. Nuestras banderas de Borgoña habían conducido a los pueblos de los Grandes Países Bajos durante siglos. Habían atravesado los Pirineos para ser adoptadas por la España de Carlos V. Habían surcado con ella los océanos para ondear en veinte países de América y Asia. Esa bandera, para nosotros, era sagrada.
Por otra parte, le habíamos puesto los colores— negro, amarillo y rojo— de la Bélgica castrada de 1830, eso que queríamos al menos salvar, y en la medida de todas nuestras fuerzas y de nuestros sueños, engrandecer y glorificar.
También conseguí esto.
Y luego le dije a Himmler: «Evidentemente, conservaremos nuestro capellán.»
P.— Esto debió traumatizarle.
R.— Desde luego, era chocante. Un capellán católico en las Waffen SS jamás se hubiera imaginado.
«Escuche— le digo al Reichsführer—, hemos tenido con nosotros en el frente a magníficos sacerdotes. Han sido nuestros compañeros y nuestro apoyo moral en medio de los peores combates. ¿Cómo podría pretender usted entonces, soldado y jefe, que pongamos en la calle a tan valiente compañeros de lucha, justo cuando vamos a ingresar en las Waffen SS?»
Ese argumento fue decisivo. Un soldado no podía echar a otro soldado. Había ganado la batalla de los curas.
Tampoco podíamos ceder en este punto. No es que yo fuera clerical. Todavía me dolían los chichones de los baculazos que me asestó en 1937 el primado de Bélgica. Pero nuestro pueblo era religioso y no quería sufrir presión alguna en ese aspecto. Convencí de tal modo a Himmler, que no sólo tuvimos nuestros sacerdotes, sino que, a continuación, otros sacerdotes fueron capellanes católicos en otras unidades de las Waffen SS.
El más famoso de ellos fue monseñor Mayol de Lupé, de la División francesa de las Waffen SS, prelado a la vez truculento y cortés en extremo. Con la tez escarlata como la de un canónigo de Borgoña, y el rostro alegre y exuberante, hubiese decorado espléndidamente el «Libro de Horas» de un primitivo flamenco. Recto sobre su montura, recorría incansable la estepa. Como Pedro el Ermitaño, estaba dispuesto a abrazar a los infieles, pero también a romperles el cráneo a golpes de crucifijo si era preciso. Fue, en el frente del Este el oficial más pintoresco de la División «Carlomagno». Si hubiésemos ganado habría sido un magnífico cardenal de París. Muy distinto a los demócratas prelados de hoy, siempre dispuestos a arrimarse al sol que más calienta, y a abrazarse con el rabino de enfrente.
Nunca les pedí a nuestros capellanes valones que fueran rexistas. Al contrario, les decía: «Que sean rexistas o no, importa poco; su trabajo está en las almas y no en las opiniones políticas, papeletas de voto o reivindicaciones sindicales. Sólo quiero en nuestras filas curas santos.»
Fue así, con el acuerdo de Himmler, como la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana entro en 1943 en las aguas bautismales de las Waffen SS.
P.— ¿Cómo termino su entrevista nocturna?
R.— El asunto de los curas era pan comido, como los demás. Nuestro debate duró algo así como siete u ocho horas. Había obtenido la conformidad de Hitler y de Himmler a todo lo que había reclamado durante semanas en Berlín y siempre se me negó. Y todo esto en presencia del mismo Berger, con la lengua pegada como si se hubiera tragado un bidón de goma. No movió las mandíbulas en toda la noche. Himmler, al acabar, estaba entusiasmado. Ordenó traer champán francés. Se brindó por la gloria de nuestra unidad. A las tres de la madrugada nos despedíamos.
Nos separamos, pero no para dormir. Al menos yo. En seguida voy al vagón-literas de las secretarias de Himmler. Las había muy guapas. Llamo a la puerta. Aparece una joven Gretchen desgreñada, muy rubia y en camisón: «Señorita, por favor, vístase, que vamos a trabajar.» De tres a siete de la mañana, ayudado por mi traductor, que tampoco se fue a dormir, dicté en francés y en alemán el texto completo de la entrevista.
P.— ¿Desconfiaba todavía?
R.— Más vale gorrión en mano que diez águilas inaccesibles. Permanecí prudente. El tren había rodado durante el resto de la noche. A las siete y media se desayunaba. Saludo a Himmler y le presento mis folios: «Creo, Reichsführer, que lo más sencillo, para que todo quede muy claro, es ver si lo que hablamos lo hemos comprendido exactamente de la misma manera. Con ese fin he pasado a limpio nuestra conversación.»
«¿No ha dormido usted?»
«La noche, querido Reichsführer, sirve también para trabajar. ¿Tiene usted la amabilidad de leer este texto? Es eso lo que convinimos?»
Estaba nervioso. Soltó entre dientes un «¡sí, sí!» No era, evidentemente, lo que con su habilidad había pensado. Pensaba quizá que luego esa conversación, y sobre todo sus promesas, se diluirían en la niebla de lo impreciso.
Se caló sus lentes y leyó mi texto, repitiendo sus «sí, sí, eso es; está bien así».
«En tal caso— susurré entonces—, como he hecho mecanografiar el texto en doble ejemplar, lo más práctico es que lo rubriquemos y conservemos una copia cada uno. Así no habrá luego discusiones.» Le entrego pues, engatusador, mi estilográfica. El la acepta más bien gruñendo. ¡Zas! Y pone dos veces, con su pequeña letra de pata de mosca, la firma de «Himmler, Himmler». Yo, en dos segundos, coloco dos grandes «León Degrelle».
Tenía mi carta. Carta que utilizaría hasta el fin.
Así entramos en las Waffen SS con unos derechos bien establecidos, por escrito y firmados por el propio Himmler, que nos garantizaba una posición de fuerza para siempre.
Más tarde, alguna vez, esta precaución se reveló como necesaria.
Recibí de Himmler, como suplemento, otros considerables favores. Nuestro reglamento se transformaría inmediatamente en una brigada motorizada de asalto. Íbamos así a convertirnos en una potente unidad de choque en el seno de las Waffen SS.
Obtuve también que nuestro comandante jefe, Lucien Lippert, número uno de la Escuela Militar belga, un táctico perfecto y un héroe espléndido siguiera siendo nuestro jefe y ascendiera al grado inmediato superior, es decir, al de Sturmbannführer de las SS.
Como medida de prudencia suplementaria, y dado que los teléfonos del tren especial permitían llamar a cualquiera y en cualquier sitio, durante la noche hablé por teléfono con Lucien Lippert. Le dije a media voz: «Voy con Himmler; esté en el andén de la estación de Meseritz; llegaremos allí hacia las once de la mañana. Quiero presentarle personalmente al Reichsführer antes de que vaya a pasar revista a nuestros soldados.»
Por otra parte, en el desayuno le dije a Himmler, como si fuese algo muy natural: «Nuestro comandante jefe irá a la estación para esperarnos. No seria más sencillo que comiésemos juntos en el tren? En seguida iremos al campamento. Así tendrá usted ocasión de ver a Lippert con calma y de juzgarle. Lippert es de Arlon; por tanto, de lengua alemana, y le agradará de verdad.»
P.— ¿Y su pequeño plan funcionó?
R.— A las once Lippert estaba en el andén, impecable, fuerte y rubio como un héroe germánico. Al finalizar el almuerzo hice que Himmler en persona le designase SS Sturmbannführer y le confirmase como jefe de nuestra nueva brigada. Una vez solucionado y bien asegurado todo esto partimos hacia el campamento. Todos nuestros muchachos estaban magníficamente alineados. Nuestros oficiales resplandecían como espejos.
Pero yo quería tener el éxito final con nuestro capellán. No porque fuese cura, sino por tratarse de un asunto simbólico, ya que había obligado a Himmler a hacer lo que nunca hubiese querido hacer. Himmler pasaba, saludaba y estrechaba la mano ceremoniosamente a los oficiales uno tras otro. Al llegar ante un bonachón comandante, bastante grueso, se lo presenté con voz estentórea: «¡El capellán católico de la SS Sturmbrigade Valonia!» Himmler le saludó con un resonante «¡señor cura!». En el mismo momento, ¡clic!, dos disparos de un fotógrafo.
Himmler se vuelve aturdido. «Pero, mein lieber Degrelle (mi querido Degrelle), ¿para qué esas fotos?»
Y yo le respondo, con la más amable de las sonrisas: «¡Pues para L´Osservatore Romano. Reichsführer!»
Estallido de risa general. Con buen humor había ganado también aquella pequeña batalla.
P.— Y de sus proyectos políticos, ¿qué dijo Himmler?
R.— Durante todas esas horas de conversación nocturna pude explicar cómodamente mis proyectos políticos al gran jefe supremo de las Waffen SS. Tener a Himmler durante horas a un metro de mi me permitió hacerme una idea exacta del personaje. Todo lo que le expliqué sobre mi gran plan de Occidente, Himmler lo escuchó primero más bien con sorpresa, luego con interés y finalmente dio su conformidad. Por otra parte, el mito borgoñón se remontaba a lo más profundo de las leyendas germánicas.
Mi plan no perjudicaba en nada a Francia. En aquel momento lo que contaba es que alguien del Occidente se instalase con solidez en esa palanca europea. Que fuese un gascón, uno de Turena, o como yo, un valón de sangre francesa, era exactamente lo mismo. Lo esencial era que alguien de Occidente alcanzase una posición de fuerza.
Esta posición política la alcancé hasta tal punto que Himmler llegó a dar su asentimiento por escrito, al estar de acuerdo en todo con lo que le expuse. Himmler— de acuerdo con Hitler —reconocía que, después de la guerra, se crearía un gran Estado llamado de Borgoña, que dispondría de su ejército propio, de sus finanzas, de su propia diplomacia e incluso de su moneda y servicios postales, y del que yo sería el primer canciller. Establecía incluso, en lo que yo no pensé nunca, que dispondríamos de un ancho pasillo hasta el Mediterráneo.
Ese texto no cayó en el vacío. Fue publicado. Uno de los antiguos ayudantes de Himmler, el doctor Kersten, lo reveló en su libro «Yo fui confidente de Himmler”, en su contenido exacto, dos años después de las hostilidades. El «Fígaro» de París reprodujo el texto, en lo que me concierne, el 21 de mayo de 1947, en primera y tercera página, comentado por el embajador André Francois-Poncet, el primer especialista francés del III Reich. El «Fígaro” con esos textos de Himmler y Francois Poncet, incluyó además el mapa correspondiente.
«El mundo» —declaraba Himmler— verá el renacimiento de la vieja Borgoña, ese país que fue el centro de las ciencias y de las artes.» Y precisaba: «Será un Estado modelo, cuya forma será admirada y copiada por todos los países.»
Francois Poncet analizó en el mismo «Fígaro» estas importantes precisiones referentes, como él dice, a ese «Estado de Borgoña, mimado y erigido en Estado modelo.»
El diplomático y académico concluye respecto a tales declaraciones: «Son de una autenticidad cierta.»
Es auténtico también el pronóstico de Himmler aportado por Kersten: «Creo que Degrelle, el jefe de los rexistas belgas, será el primer canciller de Borgoña.»
P.— “Y qué significaba Francia en todo esto.”
R.— Añadiré con toda honestidad que esa lucha para reconstituir el viejo baluarte borgoñón fue ante todo, por mi parte, una manifestación de fuerza. Había suministrado la prueba de que podía hacer que los alemanes aceptasen un plan que cambiaba totalmente sus antiguos proyectos o prejuicios. Más allá, y por encima de la Borgoña, que era una etapa ante todo moral de mi ofensiva, yo quería que se enderezara todo el Occidente, restablecido en su unidad, su poderío y su personalidad milenaria.
No se trataba de disminuir Francia, sino de salir, todos juntos, del atolladero de 1940 y de llegar, arrimando el hombro unos y otros, a un mayor esplendor. Desde Marsella a Amberes, desde Sevilla a Nimega, de mejor o peor gana, todos debíamos solidarizarnos. Sólo contaríamos en el seno de una Europa unida si nos volvíamos a convertir en un todo. La decisión de Hitler y de Himmler de admitir mi plan borgoñón era el pedestal sobre el cual podría levantarse de nuevo la magnífica estatua del Occidente, entero y renovado, y duro como un mármol romano.
Sin esa resurrección plena, franceses o no, sólo hubiésemos sido unos desperdigados subordinados a merced de las decisiones de un gigante dominador.
Para nosotros, borgoñones quería decir: occidentales abriendo la primera brecha.
Y yo hacía de pico abriendo el paso.
Léon Degrelle.
Foto 1 Degrelle con Himmler
Foto 2 Degrelle como oficial del Cuerpo Franco
Foto 3 Degrelle condecorando a sus soldados de la SS-Freiwilligen-Sturmbrigade “Wallonien”

TENEMOS ENCIMA NEGRAS TORMENTAS Y NOS PREOCUPA SI CIERRAN LOS PUTICLUBS...

 


EL ESTADO ANTE EL COVID O LA IMPOTENCIA

La actitud del gobierno ante el Covid-19 ha sido elocuente y puede dividirse en dos fases:

Durante los tres primeros meses, de marzo a mayoasume el “control” de la situación y decreta el confinamiento. ¿Resultado? Más de 40.000 muertos, de los que se reconoció -por el momento- menos de 28.000 –“ya habrá tiempo de contar a los muertos” (Sánchez dixit). No fue raro que los sondeos que indicaban el grado de apoyo al gobierno se desplomaran. 

A partir del verano, Sánchez opta por desembarazarse de la responsabilidad en la pandemia y la transfiere a las comunidades autónomas, para evitar un desgaste mayor del gobierno. ¿Resultado? Peor todavía: cada comunidad tira por su cuenta, los jueces echan para atrás muchas medidas por inconstitucionales, y, para colmo, aparecen las ideas tan geniales como inútiles (no fumar en terrazas, que aparece en Galicia y se va adoptando en todas las comunidades). El resultado es que, el prestigio del gobierno del Estado sigue cayendo y el de los gobiernos autonómicos sufre idéntico destino. 

¿Resultado final de todos estos despropósitos?Mientras el haragán de Sánchez se va de vacaciones, los Bonnie&Clyde de Unidas Pudimos muestran sus “sufrimientos” por unas vacaciones que alguien frustró en Asturias simplemente con una pintada en el suelo… Y de regreso, la jefa consorte de Podemos y “ministra de igualdad”, se le ocurre la “gran aportación de Unidas Pudimos” al Covid-19: cerrar los puticlubs… Vamos a ver: si la medida tuviera algo de sentido, cabría preguntar como a esta tonta del bote no se le ha ocurrido proponer esta medida hace siete meses, cuando empezó la pandemia y lo hace ahora, cuando su banda está empantanada en procesos judiciales, sospechas de nepotismo y certidumbres de corruptelas.


LA MOCIÓN DE CENSURA DE VOX

Cabría decir que “así se las pusieron al rey”, en relación a la moción de censura que presentará Vox. No recuerdo en la historia de la democracia española un gobierno en una situación tan débil como la que vive Sánchez. Habría que remontarse a los últimos tiempos de UCD o a los momentos más dramáticos de la crisis económica de 2008-10, cuando ZP se negaba a reconocer la realidad de los hechos. 

Ahora es diferente, porque el PSOE gobierna en coalición con un partido que, de lejos parece formado por impresentables, de cerca uno tiene la certidumbre de que efectivamente, son impresentables, y que poco a poco, cuando se vayan conociendo sus corruptelas sabremos que eran impresentables, no solo a nivel de programa (ideología de género, más inmigración y viva los okupas, que, a fin de cuentas, a eso se reducen sus propuestas), sino a nivel de comportamiento ético y moral (que era lo que vendían hasta anteayer: bajarse los sueldos, no ir en coche oficial, transparencia absoluta y gestión asamblearia…).

Con un Unidas Pudimos amortizado, Sánchez se hace ilusiones de que el Cs -en fase terminal- lo apuntalará el tiempo que queda de legislatura y que, para entonces, el Covid será un mal recuerdo y se habrán reabsorbido los millones de parados y de afectados por los ERTE. Pero, claro, antes tiene que pasar por la moción de censura de Vox. 

Lo más normal hubiera sido que Vox y el PP hubieran presentado la moción en comandita e, incluso, que hubieran recabado las firmas de algunos versos libres de Cs que intentan acomodarse ante el hundimiento del partido

Es pronto para decir, si Vox convencerá o quedará como Hernández Mancha después de la que presentó en marzo del 87, cuando perdió el duelo con Alfonso Guerra. Abascal lo tiene ahora más fácil, en primer lugar, porque lo que queda del PSOE no es lo que existía en 1987, cuando todavía quedaban en el partido profesionales brillantes. Hoy el PSOE es un despojo de feministas airadas y de ambiciosos sin principios que las flanquean. Sin ideas más allá del programa de Unidad Pudimos, algo más diluido, sin líderes, sin unicidad interior, descompuesto entre “federaciones” y “partidos”, cada uno de los cuales tira en la dirección que más le interesa y, con un “comité federal” de baja catadura.


La derecha podría ser más inteligente y eficiente. Claro está que el PP de hoy, tampoco es el de otra época (en el fondo, la política se ha convertido en la actividad más lucrativa y, a la vez, más desprestigiada del país, tanto como puede serlo el tráfico de drogas o la trata de blancas), pero, en cualquier caso, si Vox hubiera “trabajado” un poco más el tema de la moción de censura antes de formularla y hubiera buscado alianzas, su posición sería mucho más fuerte de lo que es ahora, especialmente si Abascal flaquea ante Sánchez o no remata bien la faena. Que es lo que espera Casado.

El PP de 2020 intenta “centrarse”: retener el electorado de derecha y ganar centristas y -lo dijo Casado el otro día- e integre a “socialdemócratas” (en clara alusión a integrar a los restos del Cs). Y todo esto con el Covid de fondo, ante el que el PP se limitó, los tres primeros meses, a reír las gracias de Sánchez y ahora parece mudo y sin iniciativa en la materia.

NEGRAS PERSPECTIVAS ONDEAN EN LOS AIRES

Lo cierto es que ¿los contagios repuntan? Si y no. Lo que ocurre es que se están haciendo tests masivos y aparecen “contagiados”, la mayoría asintomáticos, que probablemente lo estaban desde hacía meses. Otro error de comunicación, porque el número de contagios es lo que ha hecho que media Europa y, desde luego, los principales proveedores de turismo de aluvión, recomienden no visitar España. Lo más grave es que, el número de muertos empieza a repuntar y que, veremos lo que ocurre en el inicio del curso escolar, no por los niños que están resultan asintomáticos, sino por el contacto con los abuelos.


En cuanto a la situación económica, no hace falta aludir a las “cifras macroeconómicas” para darse cuenta de la gravedad: sectores enteros de la economía, del pequeño comercio y de los autónomos, laminados por la crisis (en la calle comercial de Calella, de unos 800 metros, casi cincuenta establecimientos cerrados en las últimas semanas y la mayoría de hoteles ni siquiera han abierto). Parece bastante claro que lo primero que el gobierno debería plantearse es cómo afrontar una “reconversión económica” de un país que ahora sabe que no puede cifrar la salud de su economía en el turismo y en la construcción. Y lo más preocupante es que todavía no he oído a ningún partido -Vox incluido- que proponga un nuevo modelo económico

Así pues, hay que prepararse para un período excepcionalmente difícil: un Estado que se niega a ejercer “poder” (cuando redunda negativamente en la intención de voto) y carece por completo de “Autoridad” (esto es de prestigio). Con unos gobiernos autonómicos que están peor, incluso. Con una economía en ruinas y sin ideas para reorientarla. Con la amenaza de una mortandad para la segunda oleada del Covid antes de que llegue la vacuna y sin que se hayan modificado los “protocolos de tratamiento” (responsables en primer lugar y sobre todo de la mortandad). Y, para colmo, con una derecha dividida y sin grandes ideas en materia económica, en sus distintas formulaciones, sigue al liberalismo más rancio, sosteniendo que no se ha aplicado en su rigor más estricto). 

¿Tiene futuro este país? No, desde luego, mientras no haya una nueva generación de jóvenes, surgidos de la clase media que asuman sus responsabilidades y tengan la preparación técnica suficiente para aportar soluciones. Jóvenes que no vean el exilio económico como la salida a su futuro. Que estén imbuidos de patriotismo y quieran un futuro para ellos y para los suyos. Por que hay que reconocer que los que tenemos más de 50 años, no solamente no hemos fracasado, sino que somos los responsables -por acción o por omisión- de que nuestro país esté hoy sumido en lo más profundo de un pozo del que nos va a costar mucho salir.


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lunes, 24 de agosto de 2020

El Rey Don Juan Carlos I regresará a España para revelar los entresijos de los atentados terroristas del 11-M, según anuncia un portal proisraelí

 


El Rey emérito, Don Juan Carlos I, regresará próximamente a España para revelar los entresijos de los atentados del 11-M, según cuenta Voz Ibérica, un portal próximo a Israel.

Como se sabe, Don Juan Carlos está residiendo en los Emiratos Árabes Unidos por motivos de privacidad y seguridad. Además de ello, y según la citada web, éste es un asunto que incluye detalles que no están exentos de geopolítica y seguridad internacional.

Se destaca las buenas relaciones entre los servicios de inteligencia de los Emiratos y los servicios de seguridad personal del Rey emérito, que no se pueden desvincular del Acuerdo de Paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Hay un punto de inflexión en términos de opciones geopolíticas fundamentales que operan en los Emiratos Árabes Unidos, bajo el liderazgo del jeque Muhammed Bin Zayed.


Este factor, unido a las leyes altamente protectoras de la intimidad y la reserva de la vida privada, incluso frente a la libertad de prensa y el papel de los paparazzi en el mencionado país del Golfo Pérsico, pesó de forma decisiva a la hora de decidir por parte del Rey emérito español y su equipo de seguridad.

¿Era intención de Juan Carlos I «huir» de España y del pueblo español, como han informado los medios de comunicación? De acuerdo a las mismas fuentes, el Rey emérito abandonó España para «salvaguardar el Reino de España y dar prioridad al interés superior de su pueblo».

Y añade: «El Rey emérito quiso distanciarse de los criminales de Podemos y sus aliados en el PSOE que están actualmente en el poder. Pablo Iglesias es la mayor amenaza para la seguridad nacional española, al menos, desde la Transición, desde la recuperación del sistema democrático en España, hasta la actualidad».

El citado portal destaca también que «Pablo Iglesias representa la legitimización política e institucional de ETA y de otras asociaciones separatistas, terroristas y criminales», agregando que «los aliados y amigos de Pablo Iglesias Turrión tienen vínculos (o los han tenido con ETA), el narcotráfico de los cárteles más peligrosos de América Latina y los terroristas de Hamas, Hezbollah y los ayatolás iraníes».

Voz Ibérica lanza un duro alegato contra la amenaza que supone para España la presencia Sánchez e Iglesias al frente del Gobierno: «El comunista Pablo Iglesias es un topo al servicio de los intereses más turbios, oscuros, criminales, violentos y terroristas del planeta. Pablo Iglesias logró meter a ex miembros de ETA en las Cortes Generales de España y ya se ha infiltrado a personas de su confianza en los servicios secretos españoles (CNI), que protegen a los narcotraficantes con vínculos con Maduro.

Así pues, el Rey emérito salió de España para distanciarse de cualquier estructura de poder controlada por Podemos (y por el PSOE más extremista y fanático, sin principios ni valores y vendido a la extrema izquierda) y poder preparar una respuesta adecuada para la defensa de la integridad territorial del Reino de España y el interés público, y de ese modo restaurar la dignidad institucional».


Anuncia también que, en su viaje fuera de España, Don Juan Carlos y su equipo han recopilado material altamente comprometedor contra Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y el padre político de ambos, José Luis Rodríguez Zapatero. «Zapatero, como sabemos, es una de los principales agentes de Nicolás Maduro en Europa y se sospecha que también estará a sueldo de los ayatolás iraníes», destaca.

«La muerte de 193 personas fue el precio que el PSOE -y sus simpatizantes en el CNI y en los medios,  estuvo dispuesto a pagar para derrocar a José María Aznar, entonces presidente del Gobierno de España. Toda las evidencias muestran que no existió ninguna conexión entre los autores de los atentados con grupos yihadistas- «, se subraya en la misma información.

Revela asimismo que el Mossad aportó pruebas a los servicios secretos españoles sobre la no participación islamista en los atentados.

Vox Ibérica manifiesta a continuación: «Es por ello que, el entonces presidente del Gobierno de España, José María Aznar inició una investigación sobre los grupos terroristas vascos y sus conexiones. Recordemos que el Gobierno español fue entonces el blanco de una operación de contrainformación, descrédito, disfrute, parodia, todo con un objetivo: crear la ficción de que el Gobierno mintió al pueblo español, ocultando el verdadero origen y autoría del atentado de Madrid.

Los topos en el CNI al servicio del PSOE y Zapatero intentaron crear un escenario que sustentara la narrativa creada en los medios vinculados a la izquierda. Con la suprema sofisticación de vincular el atentado al apoyo de Aznar a la intervención en Irak.

Esto no lo hicieron los yihadistas: fueron los activistas de extrema izquierda y los topos los que se infiltraron en las estructuras estatales (primero) para así poder manipular y condicionar el resultado de las elecciones democráticas después, tal como luego consiguieron (…) No es casualidad que luego Zapatero se convirtiera en el amigo privilegiado de Hugo Chávez y del régimen del narcotráfico venezolano (…) Por otro lado, el PSOE de Zapatero contó con la colaboración de los servicios secretos marroquíes de la época, lo cual fue un factor determinante para la caída de José María Aznar. Esto se debe a que Marruecos quería tener el control de parte del archipiélago de Canarias; como el Gobierno español de Aznar no lo permitió y amenazó con tomar represalias, los servicios marroquíes comenzaron a cooperar con Zapatero (…) No es casualidad que Zapatero viajara -en uno de sus primeros viajes oficiales como presidente del Gobierno- a Marruecos, iniciando allí una relación privilegiada. El Gobierno de Marruecos colaboró ​​con el CNI para defender su interés nacional. Por cierto, tampoco es una casualidad que Jorge Sampaio acudiera a las Islas Salvajes unos meses después para así realizar un acto reivindicativo respecto de sus aguas jurisdiccionales. Las Islas Salvajes son un archipiélago portugués formado por tres islas principales y varios islotes, situado en el Atlántico septentrional, entre las islas Canarias y las islas Madeira, justo en el extremo norte de la plataforma submarina de las islas Canarias».​


«El Rey emérito posee detallada información de todo esto y mucho más. Sabe también que Pablo Casado es un líder débil, que está dispuesto a formar Gobierno con el PSOE, y que Pablo Iglesias está infiltrando a sus amigos en lugares clave de la Administración Pública. El Rey emérito sabe que Pablo Iglesias solo puede tener un destino: la cárcel. El Rey emérito sabe que España no puede esperar más», apostilla el artículo.

Sobre cuándo volverá a España Don Juan Carlos, el portal proisraelí apunta los primeros días de septiembre para participar en un campeonato de regatas.


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Pedro Varela: “Si me condenan y secuestran mis libros, eso demuestra que el Sistema no quiere que se lean”.

 


El Correo de España entrevista a Pedro Varela, en opinión de muchos, incluido Fernando Savater, el único preso político que ha habido en los últimos años en España. Ha estado en la cárcel por defender sus ideas y le han intervenido más de 40.000 volúmenes, según él, prueba de que el Sistema no quiere que se lean. 

Sigue creyendo en la Justicia y seguirá luchando hasta el final sin visos de rendición. No deja a nadie indiferente. Tiene legiones de seguidores y también un número ingente de detractores, pues es un hombre enfrentado a un Sistema y una de las grandes referencias del pensamiento disidente.


Lo primero de todo, ¿podría decirnos cuál es su situación actual?

La situación actual es la misma que la del año pasado y del anterior, es decir que desde el 7 de julio de 2016 la Librería Europa y Ediciones Ojeda se encuentran precintadas policialmente, con prohibición de entrada y de trabajar en las instalaciones y yo estoy procesado, sigo sin el pasaporte, que fue confiscado aparentemente para que no pueda huir de la Justicia, junto a dos colaboradores y a las dos secretarias de la Librería Europa. De momento he incluido a Acacio Friera, el amigo que lleva nuestro blog del caso Pedro Varela, que fue recientemente incluido entre los imputados de nuestro caso, con lo cuál somos ya 6 de lo que podría llamarse el equipo de Librería Europa y Ediciones Ojeda en situación de espera. 

Tenemos que ir a firmar el 1 y el 15 de cada mes, lo cuál es una auténtica lata, un año detrás de otro, con la única pausa actual de que en los juzgados no nos quieren ver ni en pintura para que no les contaminemos del covid o de cosas peores. En cualquier caso la última noticia sobre nuestro proceso fue que el Fiscal del Odio, Miguel Ángel Aguilar, quería llevar a cabo un último y gran interrogatorio a los 6 inculpados a ver si nos contradecíamos o decíamos alguna tontería que le pudiese ayudar a acusarnos de forma fehaciente. Ese interrogatorio ha sido pospuesto 3 o 4 veces y actualmente se encuentra pospuesto sine die debido a que los juzgados no pueden llevar a cabo el trabajo pendiente que tienen. 


Pasa el tiempo y es un gran perjuicio para ustedes. 

Estamos en una gran ruina económica, no podemos editar ni vender libros y tenemos que seguir pagando el alquiler de la librería y los gastos de infraestructura, por lo que no nos queda otra que tratar de sobrevivir. Las otras actividades que llevábamos a cabo como dar conferencias, de nuestros autores o por parte mía actualmente con la legislación anti pandemia o anti plandemia, según algunos, no pueden llevarse tampoco a cabo al no poder reunirse más de 10 personas. 


Usted ha estado en la cárcel varias veces y le han intervenido más de 40.000 volúmenes.¿Podría resumir su historia, especialmente para aquellos que no la conozcan?

He estado en la cárcel en numerosas ocasiones, empezando en 1988 a causa de un mitin que di en Valladolid en el que dije cuatro cosas sobre el rey emérito, actualmente de vacaciones en los países árabes, que no gustaron. Luego en 1992 volví a prisión dado que el año anterior había dado en Austria una conferencia en torno a la personalidad histórica y el pensamiento de Adolf Hitler. Estuve en varias prisiones austriacas hasta que finalmente fui declarado absuelto. En 1996 se llevo a cabo el primer gran proceso contra la Librería Europa, en el cuál el juez Santiago Vidal me condenó a 5 años de prisión, que recurrimos en la Audiencia Provincial. A su vez la propia Audiencia Provincial recurrió al Tribunal Constitucional al considerar que la acusación podía ser anticonstitucional.

Finalmente esa respuesta llegó en 2013 y la Audiencia Provincial nos condenó, pero no a 5 años sino a 6 meses de prisión, que servirían para que posteriormente yo entrara en prisión por otra causa. Los 20.900 libros secuestrados en 1996 y todos los ordenadores no los hemos vuelto a ver nunca más, ni nos dan razón. En 2006 tuvo lugar otro proceso, a causa de la edición del libro Mi lucha, con un nuevo secuestro de 5000 o 6000 ejemplares de libros y también documentación y equipos informáticos. En 2016 finalmente, como he mencionado al principio, comenzó el proceso contra Ediciones Ojeda y Librería Europa, que nos mantiene en situación de persecución y digo persecución, aunque en realidad es una condena. Sin haber tenido lugar un juicio, con todas las garantías, estamos siendo condenados y castigados, porque al no poder editar, ni vender libros, ni visitar a la familia, ni viajar al extranjero, eso ya es una condena.


Finalmente en 2018 ingresé en prisión efectiva nuevamente a causa de la edición del libro Mi Lucha. En 2016 la primera juez consideró que no era un hecho delictivo, pues había sido el libro editado por muchos otros editores en España y en toda Europa, en diversos idiomas, incluso en Israel, por la Universidad de Jerusalén. Pero en este caso el Fiscal del Odio, Miguel Ángel Aguilar, añadió que además de la multa económica por no haber pagado los supuestos derechos del señor Hitler, había en ese libro un contenido de odio y al vender ese libro yo estaba distribuyendo odio. Es de locos porque es acusar a una persona de los presuntos delitos que pudieran hacer otras personas por leer el texto.

En 2016 secuestraron 15000 ejemplares más, que no nos han devuelto tampoco, ni siquiera los equipos informáticos que teníamos para la edición de libros. Ha habido por tanto 3 grandes secuestros de 20900, 6000 y 15000 ejemplares, que no han sido devueltos a excepción de una minúscula cantidad.


¿Donde queda por tanto la tan cacareada libertad de expresión?

Para ser sinceros, la libertad de expresión completa no ha existido nunca. El poder siempre teme a aquellos que le discuten, sea una monarquía absolutista, sea un caballero medieval, sea la Unión Soviética, la Alemania de Hitler, la España de Franco, la China de Mao, la partitocracia y la plutocracia existente en Estados Unidos y Europa occidental. Puedes discutir de cualquier tontería, pero no de las bases fundamentales que mantienen el poder.


La verdadera libertad queda por tanto como una convicción íntima. Siempre hay minorías que se arriesgan a pagar con su libertad, su seguridad e incluso su vida la posibilidad de decir aquello que piensa y aquello en lo que cree. Si me dijeras que la Justicia es independiente del poder legislativo y del poder ejecutivo...Recordemos que las condenas al Gulag soviético, las condenas a muerte contra los revisionistas soviéticos fueron llevadas a cabo por jueces de carrera y las condenas en todos los regímenes anteriores fueron llevadas a cabo también por jueces. La Justicia efectivamente es independiente (en teoría al menos) del poder legislativo y del poder ejecutivo, pero al margen de las influencias de organizaciones secretas como la masonería (un juez masón obedece antes a la logia que a su conciencia), los jueces por instinto de conservación (tienen familia) saben que según que cosas no las pueden dictar.

Ha habido algún caso en Murcia de algún juez que ha dictaminado a favor de los niños y en contra de la adopción de menores por parejas de lesbianas (que luego acabaron abandonando a los niños) y este juez ha perdido su carrera, la posibilidad de ejercer su trabajo y ha sido suspendido de empleo y sueldo. Los jueces saben que eso es posible y que si un juez dictamina libertad de expresión e inocencia para alguien con nuestro perfil, que somos condenados previamente por los medios de comunicación, eso supone una mancha negra en su currículum. Ningún juez se va a atrever a dictaminar algo que pueda poner en peligro su carrera. Desde luego no en las primeras instancias. Tal vez en las instancias superiores al ser tres jueces o más la responsabilidad queda más diluida y además por edad están más cerca de la jubilación, pueden atreverse a dictaminar según conciencia y según auténtico y elevado sentido de la Justicia.

¿Cómo es posible que al Sistema le diese tanto miedo una simple librería?

El Sistema sabe perfectamente que cualquier foco de resistencia es peligroso. Pensemos que Nuestro Señor Jesucristo, con pescadores y recaudadores de impuestos, algunos de ellos pobretones, logró expandir la Iglesia por todo el planeta. El Sistema entiende bien que cualquier foco de resistencia ha de ser apagado en sus inicios y no cuando es demasiado tarde. De ahí que hayan tenido muy en cuenta que la Librería Europa era la única que ofrecía al público información alternativa y disidente sobre muchas cuestiones de importancia. Por ejemplo en cuestiones históricas sobre los orígenes auténticos de la II Guerra Mundial hay una versión oficial, pero nosotros recibíamos también la versión no oficial, la de los revisionistas, la de aquellos que discuten la versión de los vencedores, la versión de los “buenos”.


En cuanto a las ideologías perdedoras como el fascismo de Mussolini, el nacionalsocialismo de Hitler o la Falange de Franco, ofrecíamos ese pensamiento, que no lo puedes encontrar en ningún lugar, así como las críticas a ese pensamiento de diversos autores. Pero la documentación original de esas ideologías citadas, con el pensamiento tal y cómo era, es difícil de encontrar. Nuestra intención era precisamente poner a disposición del público toda esa información que ofrecía ideologías alternativas a los vencedores de la II Guerra Mundial. Luego había una serie de temas, que aunque eran minoritarios, escuecen mucho al Sistema. Uno de ellos es la cuestión étnica, los libros que defienden que los pueblos y las naciones sucumben ante el mestizaje étnico masivo, no ante el minoritario que siempre ha existido y no pasa nada. Convertir un país como España en un país mulato va a tener consecuencias culturales y civilizadoras sobre España. Hay pensamientos que defienden que efectivamente existen unas diferencias raciales, que influyen en las diferencias culturales y en las diferencias psicológicas e intelectuales de las personas. ¿Qué eso es cierto o no? Yo pienso que sí, pero aunque no fuera cierto el público exige tener la posibilidad de leer dichas ideas. 

El otro tema que escuece tanto al Sistema es las denuncias de algunos autores sobre el poder omnímodo del sionismo internacional: en las finanzas, en los medios de comunicación, en las redes sociales. Esto es una realidad que queda evidenciada para cualquier persona con dos dedos de frente. Solo tenemos que escuchar cualquier discurso de Obama, de Clinton, incluso de Trump, ante un público que le pregunta sobre el gasto militar en Oriente Medio, todos ellos confirman que Israel es el gran amigo de Estados Unidos, es el amigo de la libertad, olvidando la represión y aniquilamiento del pueblo palestino, que demuestra que todos los presidentes norteamericanos se deben al gran poder económico de la minoría judía en Estados Unidos, el lobby judío, como lo llama el periodismo norteamericano.


¿Cree que la desaparición de la librería ha ido en detrimento del pensamiento libre y disidente?

Nosotros preferimos decir del cierre momentáneo porque la librería no está cerrada. Están secuestrados, confiscados sus libros y precintada policialmente. Pero no hay ninguna condena de un juez diciendo que esa librería tiene que desaparecer. Con eso juega el Fiscal del Odio y el Sistema, intentar buscar nuestra ruina económica manteniendo la librería cerrada en instrucción. Una instrucción judicial que lleva ya 4años, camino de 5, para leer 4 libros mal leídos e intentar sacar fuera de contexto algunas líneas de autores que he publicado para condenarme a mí por el pensamiento de dichos autores. Todavía están leyendo esas páginas de esos libros y a día de hoy seguimos esperando la finalización de dicha instrucción. Solo cuando finalice dicha instrucción podrá la Justicia dar fecha y hora para un juicio con todas las de la ley.


Efectivamente el cierre momentáneo afecta al pensamiento libre y al pensamiento disidente porque no hay posibilidad de llevar el pensamiento disidente a la gente, si no es por las redes sociales, donde cada vez más arrecia una censura brutal (en Google, en Facebook, en YouTube...) y no se avergüenzan de ello... Hablan de que un comentario ofende a la comunidad de usuarios, que suelen ser 50 tipos de extrema izquierda o sionistas que presionan a la empresa, que a su vez está en mano de sionistas como propietarios, para que censuren cualquier pensamiento no acorde con el deseado por el Sistema. Por ejemplo con el tema de las vacunas, hay muchas personas que discuten la bondad de todas las vacunas, la certeza de algunas y el daño colateral de otras. Pues bien Zuckerberg, dueño de facebook, se niega a publicar las opiniones de aquellos que son contrarios a la vacunación masiva de la población. En YouTube todos hemos sufrido censuras de vídeos, de conferencias o al menos conocemos a alguien que las ha sufrido. 

Estoy pensando en algunas de las mías. Por ejemplo la que dio en torno al holocausto con 220.000 visitas fue censurada y borrada.

Usted estuvo en las listas negras del comando Barcelona de ETA, algo que se oculta.

Así parece ser, según la información policial. El comando Barcelona, concretamente el Gorbea de ETA estaba infiltrado en un grupo de música rock de Gerona y un tal Juan Ramón Rodríguez pasaba información. Además su novia Marina Bernadó era miembro de ETA en Francia para las falsificaciones. Este hombre pasaba información sobre mí a ETA para un posible atentado hacia el año 2001. Afortunadamente la policía pudo neutralizar esta información y este personaje cumplió prisión, según creo recordar entre 2003 y 2007, con lo cual ha pagado su error.


¿Pero por qué tenían intención de ir a por usted?

El Sistema utiliza a estos tontos útiles, que son los terroristas, para hacer el trabajo sucio. Cabe recordar el caso de Carrero Blanco. Fue una visita de Henry Kissinger, judío de raza, alemán de nacimiento y norteamericano de pasaporte, que vino a advertirnos de los planes para España. Carrero se opuso a esos planes una vez falleciera Francisco Franco. Acto seguido el coche de Carrero Blancó voló por los aires tras su metódica visita a la iglesia cada mañana para ir a Misa. En teoría llevó a cabo dicho atentado ETA, que no hizo más que el trabajo sucio del Sistema y de aquello que supuso la negativa de Carrero Blanco a obedecer a los planes propuestos por Henry Kissinger.

El nacionalsocialismo ha sido demonizado de tal manera que nadie puede estudiarlo con objetividad, mientras ideologías criminales como el marxismo han sido blanqueadas....

El nacionalsocialismo es un hecho histórico del siglo XX y hay que poder estudiarlo. Si no lo estudias, no puedes saber que ocurrió realmente. Eso es muy complicado, por no decir imposible, porque no se puede llegar a la documentación original de aquella época, no se puede llegar a los documentos auténticos. Incluso el Mi Lucha en España, debido a este proceso contra mí, no se puede leer en teoría ni difundir libremente porque si lo haces estás difundiendo el odio. Mientras aquellas ideologías criminales, como aquella que lanzó las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (los dos centros católicos de Japón) y los Gulag del marxismo soviético, Camboya, la China de Mao no son condenadas...

Solo se condena el nacionalsocialismo porque además de un hecho histórico supone también una ideología, cuyos dos puntos fundamentales son la creación de una comunidad popular, todo el pueblo unido en una gran familia, colaborando unos con otros para la prosperidad de la misma y la homogeneidad o identidad étnica del pueblo, es decir evitar que ese pueblo desaparezca mediante la mezcla étnica como habría ocurrido, se supone, con los indio-europeos en La India hace 5000 años o con las últimas colonias griegas con las colonias factorías o con las invasiones turcas.

En cualquier caso nos encontramos con un momento difícil para la identidad europea. La inmigración masiva no solo no es parada, lo que sería factible, si no que es promovida por las elites políticas y económicas del Sistema y nos pone en entredicho como pueblo. El nacionalsocialismo, hoy en día, dejando aparte todas las cuestiones históricas, que han sido superadas (los uniformes de aquella época, las botas altas, el casco de acero...) como pensamiento es para mí vigente. 

Insisten a los separatistas catalanes que en España a nadie se le persigue por sus ideas sino por infringir la ley, en cambio a usted si que le persiguen por sus ideas....

Se nos persigue porque decimos lo que pensamos y porque decimos aquello que el Sistema no quiere que sea dicho. De lo contrario permitirían que la gente leyera los libros que les diese la gana y si secuestran estos libros, los queman, los destruyen y condenan a los editores para que la gente no pueda llegar a ellos, eso demuestra que no quieren que se lean esos libros.


Ellos dicen que no persiguen libros, que no persiguen ideas sino que persiguen el delito. Eso es lo que han dicho todos los poderes políticos en la historia de la humanidad cuando han querido perseguir al disidente. No es nada nuevo, pero la gran diferencia, como digo siempre, es la hipocresía. El problema de los demócratas es que no lo son. Los marxistas, los fascistas, los absolutistas...ninguno de ellos decían que eran demócratas y que iban a permitir la libre expresión de la oposición, pero estos hoy en día dicen que sí, que la base del Sistema es la libertad de expresión, pero no es cierto.
Usted si que verdaderamente fue un preso político.

Sí, se puede decir que he sido un preso político. Yo no he estado en prisión en Austria y en España 5 o 6 veces por haber robado manzanas, por haber puesto bombas, por haber robado bancos...simplemente he estado en la cárcel por lo que pienso y por lo que digo. No he hecho nada malo a nadie y simplemente he dicho siempre lo que pienso y he publicado libros que pensaba que eran interesantes para el público y por eso soy perseguido. Si eso no es ser un preso político que me vengan a explicar que es. Creo que era Ana Pastor, respondiendo al presidente de Irán en una entrevista, la que dijo que no había presos políticos en España por tener dudad sobre el holocausto. O está muy mal informada o no quiere admitir la realidad.

¿Cree que se acabará haciendo justicia con usted o lo ve poco probable dado cómo está el actual sistema y los que lo dominan?

Yo creo en la Justicia todavía, pese a todo lo que he dicho al principio. Hay jueces honestos, que son la mayoría, que intentarán hacer su papel como puedan. Pero claro ellos tienen poco margen de maniobra, pues tiene que aplicar la legislación vigente y esta legislación la deciden los diputados del Parlamento, que no son las cabezas más excelsas lamentablemente...pero bueno los jueces harán lo que puedan, pero en cualquier caso a nosotros nos tiene que traer sin cuidado cual va a ser esa decisión futura. Hemos de tener la convicción de seguir luchando hasta el final por el bien, la verdad y la belleza y hacerlo con dignidad, si hace falta en la pobreza, pero sin visos de rendición de ningún tipo, bajo el dicho tantas veces repetido de que el que lucha puede perder, pero el que no lucha ya está perdido.


Fuente

El mito del Euskera perseguido por Franco, por Francisco Torres

  Lamentablemente, cuando hoy alguien busca información sobre un tema acude de forma inmediata a la red. Un lugar donde cabe cualquier cosa ...