miércoles, 3 de julio de 2019

Luis Suárez: 'Ahora admiro más a Franco'

El historiador que más ha trabajado los archivos personales del dictador (autor de su muy criticado retrato en el Diccionario biográfico) entrega su último libro, Franco y el Reich.


¿Cuál es el gran malentendido cuando se habla de Franco y el III Reich?
Se presenta a Franco como a un gran partidario de Hitler. No es correcto. Yo he trabajado la documentación y ahí aparecen cosas olvidadas. Primero: que Franco no quería la guerra en Europa, quería un final rápido y negociado. Segundo: que Hitler tenía mal concepto de Franco. Veía en él a un general mediocre y a un político de poca talla. Tercero: Franco era obediente al Vaticano. Hitler lo llamaba «el clerical». Y cuarto: España estuvo abierta a los que huían de Alemania. España fue decisiva en la salvación de 45.000 judíos sefardís. Ahora que se recuerda a Sanz Briz por rescatar a miles de judíos, hay que decir que siguió órdenes claras: «Saque a todo el que pueda, no haga preguntas».

En el libro sostiene que Alemania entra en la Guerra Civil por motivos mercantiles, no porque hubiera un proyecto común.
También el Ejército Republicano quiso comprar armas a Alemania. Luego, entrar en la guerra fue una decisión de Hitler cuando la URSS apoyó a la República. A Franco no le gustó nada eso, pero estaba en una posición de debilidad.

Subraya cada gesto de escepticismo del franquismo hacia el Reich. Pero cualquiera que vea periódicos españoles de 1940 sabe que íbamos con Hitler.
La prensa estuvo dominada por las agencias de noticias alemanas, por lo menos hasta 1942. En ese punto, Hitler ordenó la invasión de España, como había ordenado la de Francia, y Ramón Serrano Suñer fue a evitarlo. Desde entonces, el Franquismo se alejó del Reich. Del Reich, no de Alemania, porque Franco siempre estuvo influido por Canaris. El día antes de la Operación Valkiria, Mylon Taylor [el delegado de Roosevelt ante Pío XII] se entrevistó con el embajador español en el Vaticano y le preguntó si España acogería las conversaciones para la reconstrucción de Alemania. El embajador dijo que por supuesto.

¿Cuándo supo Franco que el Reich era lo que era?
Es que, en ese momento, había violencia y campos de concentración en toda Europa.

Como en Alemania no. ¿Cuándo supo lo que ocurría con los judíos, por ejemplo?
 Muy temprano, porque Franco tenía un compromiso con los judíos. Es verdad que los sionistas estuvieron con la República, pero los sefardíes apoyaron a Franco. En Marruecos, Franco hizo amigos sefardíes. Además, en 1938, hubo una consulta del Vaticano: «¿Bloquearía la entrada de los judíos perseguidos?». El general Gómez-Jordana contestó que en ningún caso... Pero es que la política nazi hacia los judíos cambió. Al principio, el objetivo era la expulsión y la captación del botín; después, su uso como mano de obra. Y, desde 1943, su aniquilación. Y ahí es cuando España se implicó en el rescate.

¿Y no hubo una manifestación pública? ¿Un "esto es horrible, no es nuestro bando"?
No, porque Franco temía que hubiera represalias; que, por hacer el bien, aumentara el mal. También sobre España. Le recuerdo que la orden de invadir España estaba firmada y solo los problemas en los Balcanes evitaron el ataque. El Papa actuó igual.

¿Y Serrano Suñer?
Tuvo una simpatía por los nazis clara al principio, pero es que los nazis habían resuelto la crisis económica y por eso tuvieron muchos partidarios. Luego viajó a Alemania y vio que lo trataban como a un criado. Volvió diciéndole a Franco: «Tenemos que ganar tiempo y salir de allí».

Muchos españoles piensan que Franco no fue más nazi porque a los nazis les fue mal.
Los historiadores no estamos para decir lo que debe pensar la gente. Nosotros debemos poner los datos y que cada uno tome sus conclusiones.

Insiste en el libro en que el Franquismo no fue totalitario sino autoritario.
Me han criticado por eso. Pero es así: el totalitarismo es poner el partido por encima del estado. Franco hizo lo contrario, puso al Estado, que era él, por encima del partido.

El resultado es el mismo: represión e inseguridad jurídica.
La diferencia es que eso permitió evolucionar al régimen hacia otra cosa, ir tomando los raíles hacia la monarquía. Por eso digo que la Transición empezó en 1969, no con la muerte de Franco.

¿Vio el libro de Ángel Viñas de este año? Dice que Franco se hizo millonario en la guerra.
Eso es absurdo. Yo he visto las cuentas de Franco. Tenía algún dinero ahorrado, pero lo de millonario no tiene fundamento.

¿Diría que el Franquismo nació corrupto?
Si no había dinero, mucha corrupción no podía haber... En todo caso, había mercado negro.

Sus colegas se quejan de que no entran al archivo de la Fundación Franco como usted.
Está abierto a todo el mundo, creo que desde hace ya unos cuantos años. Tratan muy bien a todo el mundo. Les recomiendo ir.

¿Le dejó herido el lío del Diccionario Biográfico?
En mi generación nos preciamos de sobrevivir a la guerra y de renunciar a los resentimientos. Políticamente no me he significado nunca, soy todo lo neutral que se puede ser.

Y, durante estos años trabajando con la vida de Franco, ¿ha cambiado su opinión sobre él?
Ha mejorado. Ahora lo admiro más, no tengo recelos que tenía. Veía mal el afán de poder personal... Pero hoy encuentro más aciertos de los que pensaba. Mis libros, en la universidad, no tenían que pasar por la censura.

Los de otros sí.
En la empresa privada pudo ocurrir. Pero era censura religiosa y moral, más que política.

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